Un gobierno grande, malo y caro

Un gobierno grande, malo y caro

POR ARTURO MARTÍNEZ MOYA
Con pocas palabras Miguel lo dijo: el de Leonel Fernández  es un gobierno muy grande que nada devuelve, por lo que se necesita otro que haga más y que cueste menos al contribuyente.

Así resume la realidad que se vive después de tres años y medio de desgobierno, incapacidad gerencial que Leonel trató de tapar con una publicidad millonaria (más de siete mil millones de pesos se han gastado) usada para engañar y manipular la realidad, neutralizándo la oposición durante un trecho. Un ejemplo concreto, la publicidad en torno al crecimiento. Leonel Fernández y su Banco Central pagaron sumas millonarias para que se repitiera a coro que era real, cuando las estadísticas sustentan con claridad que se apoyó en importaciones fundamentalmente para el consumo, financiadas con capitales golondrinas porque las exportaciones sucumbieron.

El crecimiento que defiende Miguel es distinto, se apoya en el aporte de los factores productivos fundamentales, me refiero al capital productivo, la fuerza de trabajo y la tecnología, también en instituciones en capacidad de garantizar los derechos de propiedad y de manera particular en un poder judicial verdaderamente independiente.

En los tres años de desgobierno ha sido sorprendente el aumento del tamaño del Estado Dominicano,  medido por la relación entre ingreso tributario y el producto de la economía (claro, no con las cifras abultadas del Banco Central). De agosto del 2004 a octubre del 2007, Leonel  Fernández ha manejado RD$671 mil millones, de los cuales RD$549 mil millones han sido por impuestos; y no obstante el volúmen de ingresos, los problemas sociales se han agravado, porque nada ha hecho en favor de los sectores empobrecidos. La CEPAL lo dijo recientemente, la pobreza en República Dominicana es de la más alta en América Latina, la estima en 47% de la población (y no en 37% como repiten Leonel Fernández y su Banco Central), nivel que sin embargo no extraña a los dominicanos. Se sabe que en lugar de invertir en la gente (en salud y educación), aumentó escandalosamente el gasto corriente para comprar vehículos de lujo y para financiar salarios millonarios para algunos incumbentes gubernamentales.

Que cuál ha sido el legado de Leonel y el PLD a los consumidores y productores desde el 16 de agosto del 2004? Veamos: aumentó el impuesto a las cervezas, al ron y a los cigarrillos, penalizó a los profesionales liberales con un impuesto de 10%, incrementó el impuesto sobre la renta de las empresas hasta 29%, exigió el pago de un anticipo de 1.5% sobre los ingresos brutos de las empresas y el 1% sobre el valor de los activos, aumentó el ITBIS a 16%, creó un impuesto de 0.5% sobre la emisión de cheques, elevó a 28% el impuesto sobre el servicio telefónico, exigió un impuesto de 1% del valor del vehículo como derecho de circulación, a la primera placa de los vehículos nuevos le aplica un impuesto de 17%, y como si lo anterior fuera poco, copió el mecanismo de comprobante fiscal usado en otros países y le dió poderes dictatoriales a la DGII. Es por los impuestos excesivos creados por Leonel y el PLD, y no por el crecimiento de la economía,  que el gobierno ha manejado RD$452 mil millones por encima del gobierno pasado en igual período. Un gobierno caro para el pueblo.

No puede explicar la reducción de la inversión en educación y salud, tampoco el deterioro de la seguridad ciudadana, el abandono de las obras de infraestructura que heredó de gobiernos pasados y el no haber ejecutado pequeñas obras como acueductos, aceras, contenes, el asfaltado de calles y caminos vecinales en todo el país. Una gestión sin capacidad para conducir la economía (en todo tiene que depender del FMI), se demuestra con los problemas urgentes dejados por la Tormenta Noel, en lugar de hacer cosas con eficiencia, pospone soluciones y aprovecha la circunstancia para crear más impuestos (los bonos por RD$5 mil millones se pagarán con más cargas tributarias), cuando se sabe que no tiene problema liquidez, para final del 2007 se estima cerrará con un sobrante de caja (así como lo computa el FMI) de RD$25 mil millones. Está claro que hay un problema de gerencia.

El de Leonel es un gobierno fracasado porque no se ocupó de la inclusión de los sectores marginados, tuvo la oportunidad de escoger y claramente se olvidó de los pobres; además de aumentar el número de dominicanos que viven con menos de dos dólares al día, cuando permitió que se perdieran más de sesenta mil empleos directos en las zonas francas y más de cien mil en pequeños y medianos talleres y comercio en todo el país, se decidió por una política penalizante para la mayoría. Pretende repetirse en el poder sin haber creado el capital social necesario, de ahí la pobreza de su campaña publicitaria, apoyada en slogans que nada dicen. Miguel es la alternativa, oferta un gobierno más pequeño y más eficiente en el uso de los recursos públicos, un cambio de paradigma no sólo en lo económico también en el desempeño del responsable de las cosas públicas. Miguel cree en reverenciar la Constitución de la República, en el fortalecimiento del imperio de la ley, en el crecimiento sostenido con estabilidad de precios y Leonel Fernández muestra la otra cara, ofrece más de lo mismo, nuevas cargas impositivas y aumentos de precios de los bienes y servicios, violación de la Carta Magna (se repitirían casos como el préstamo de los US$130 millones de la SunLand sin la aprobación previa del Congreso Nacional) y de leyes especiales (lo del 10% a los ayuntamientos, un porcentaje específico del PIB a educación y salud, por ejemplo). La diferencia es clara.

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