Causa gran preocupación entre los dominicanos la forma en que la gestión del doctor Leonel Fernández Reyna va comprometiendo el futuro y el destino del país.

Este es un Gobierno testarudo. Por más que le digan las cosas y por más observaciones ponderadas y sanas que se le hagan, siempre impone su criterio.

Claro, esto lo logra gracias a la imponencia que le da esa mayoría aplastadora con que ha contado hasta el día de hoy en el Congreso Nacional.

A esto se suma ese carácter petulante que acompaña siempre a una gran parte de los miembros del Partido de la Liberación Dominicana -PLD-, quienes han hecho clasificaciones y separaciones bien distanciadas entre el dominicano común y los “seguidores” del profesor Juan Bosch.

En este país se ha hecho todo lo que ha querido hacer esta gestión. Sin importar ningún tipo de consecuencias.

Uno pensaba que ante la actitud caprichosa, conflictiva y avasallante del Presidente de Venezuela, Leonel Fernández desistiría de sus afanes por seguir con la negociación de la Refinería Dominicana de Petróleo-Refidomsa-.

Hugo Chávez ha dado muestra de ser un hombre problemático aquí, allá, acullá y por doquier.

¿Qué será de un país como el nuestro viéndose atado a compromisos con un señor como éste?

Sólo bastará con que un día amanezca molesto por alguna decisión que no le agrade para que seamos amenazados, humillados o sometidos a una situación tormentosa.

Sin embargo, este Gobierno empecinadamente desea seguir adelante en sus pretensiones de negocios con este Chávez.

No hace mucho la prensa estadounidense hablaba sobre las pretensiones, capricho y carácter del mandatario venezolano, describiéndolo como el hombre que desea controlarlo todo en América Latina, pero a su manera.

Es evidente que el afán por recursos se está llevando de paro todo.