Un gran aporte por la salud

Un gran aporte por la salud

En un país que tiene una de las más altas tasas regionales  de muerte y discapacidad por traumatismos, la inauguración de un nuevo gran centro de traumatología representa un valioso aporte por la salud. El Hospital Traumatológico y Quirúrgico Doctor Ney Arias Lora, inaugurado  ayer por el Presidente Leonel Fernández, que aporta entre otras facilidades 322 camas y 25 consultorios, era una obra especialmente necesaria para ayudar a descongestionar el saturado Hospital Doctor Darío Contreras.

La nueva estructura, ubicada en la avenida Jacobo Majluta, en el sector de Sabana Perdida y que forma  parte de un complejo de cuatro centros asistenciales, introduce en los servicios de traumatología las últimas actualizaciones en procedimientos y equipos para atender una gran demanda. Con sus facilidades, este hospital habrá de compartir las impresionantes  cifras de atención  que ha estado registrando el Darío Contreras bajo enormes presiones.

Obras de esta envergadura son útiles no solamente por los servicios especializados que prestan a la población, sino también por el impacto económico positivo que provocan en el entorno, estimulando actividad comercial en materia de oferta de bienes y servicios. Esta  inversión tiene como  principal tasa de retorno la optimización de la atención en salud para la población.

Arriesgados y desprotegidos

En cualquier otra parte del mundo ser bombero es un oficio remunerado y amparado con prestaciones sociales adecuadas. Aquí, en cambio, es el ejercicio de una vocación suicida, mal pagada y peor resguardada. Es poner la vida propia en riesgo, ante el fuego y otras contingencias, para salvar vidas e intereses de los demás. Y hacerlo con mal o ningún equipo. Sin seguro médico en la retaguardia y con salarios que en algunos casos solo alcanzan los 200 pesos mensuales.

Ese es el cuadro social en que están enmarcados estos servidores en la República Dominicana. La Unión Nacional de Bomberos agrega a toda esta precariedad una calamidad más: la política. Cada cambio de administración municipal pone en zozobra la estabilidad de empleo de los bomberos, pues cada nuevo gerente de municipio llega con su propia nómina. Si hay algún servidor público más arriesgado y desprotegido que un bombero, quisiéramos conocerlo.

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