Un gran bateador
Gwynn recibió 97.6 por ciento votos

<strong>Un gran bateador<br/></strong>Gwynn recibió 97.6 por ciento votos

POR DIONISIO SOLDEVILA
En su paso por el béisbol de las Grandes Ligas, el jardinero Tony Gwynn demostró que tenía toda la capacidad de ser uno de los mejores bateadores de todos los tiempos.

Y con el tiempo, no quedó ninguna duda de que el gordito Gwynn fue uno de los más finos productores de hits en pisar un terreno de juego.

De ahí que más de un 97 por ciento de los votantes para el Salón de la Fama consideraran que el jugador de 21 años con los Padres de San Diego merecía su pase en la primera oportunidad.

Gwynn fue seleccionado ayer al Salón de la Fama junto con Cal Ripken, en unas votaciones en las que el legendario jonronero Mark McGwire apenas recibió un 23.5 por ciento de los votos.

Pero Gwynn, cuyos 3,141 hits y promedio de por vida de .38 son apenas un simple indicativo de lo grande que fue como jugador, más todavía el hecho de haber hecho todo siempre con una gran sonrisa en su cara.

En su paso por las mayores, Gwynn ganó ocho títulos de bateo con los Padres, incluyendo una temporada de .394, aquella en la que la huelga de los peloteros afectó el desempeño de la campaña.

A pesar de su corpulencia, Gwynn era un buen corredor de bases al principio de su carrera y su defensa era más que aceptable.

Nunca fue un bateador de poder, como representan sus 135 jonrones, pero siempre fue oportuno y sus 1,138 remolcadas son una señal de ello.

El séptimo jugador en recibir un porcentaje más alto para ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown, Gwynn dijo sentirse mucho más que orgulloso por su selección.

“Es un sentimiento increíble el saber que la gente cree que lo que uno hizo valió la pena”, dijo Gwynn durante una conferencia telefónica después del anuncio.

“Para mi eso le da validez. En el juego de hoy en día no se le da mucho crédito al tipo de jugador que yo fui”.

Pero quizás Gwynn quiso ser más modesto de la cuenta, porque él fue un gran jugador, en su época, en esta época y en cualquier otra época en la que pudiera haber jugado. Sin duda alguna.

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