Un gran regalo para la más grande, la madre

Un gran regalo para la más grande, la madre

Elegir el regalo de las madres cada año se constituye en una verdadera odisea, no porque ella sea complicada y exigente, sino porque queremos halagarla con lo mejor y ofrecerle un obsequio que la haga sentir feliz y en el que podamos expresar la gratitud por el amor y los cuidados que a lo largo de su vida ha ofrecido a toda la familia.

Empiezan las llamadas telefónicas para hacer consenso si el regalo será de grupo o si lo harán de manera individual, o con meses de antelación se hace el tanteo de qué ella necesita o si desea algo en particular.

Para esta fecha especial el mueble se ha convertido en una tradición para regalar a las madres, a tal grado que los empresarios del área han establecido fechas específicas para la realización de ferias por el Día de las Madres, en las que ofrecen toda la variedad de muebles y artículos para el hogar -a precios especiales- llevando a un mismo espacio una amplia gama de opciones para la decoración del hogar.

En este sentido, conversamos con el empresario Gozzi Attías, presidente de Promociones y Eventos Dominicanos (Promedom) que, por cuarto año consecutivo, celebra hasta el domingo 25 de mayo en el Hotel Dominican Fiesta la Feria de Mueble Mamá 2008 y dice que la realización de este montaje obedece a las sugerencias realizadas por los asiduos clientes de sus tiendas, quienes expresaban que no tenían tanto tiempo para ir de establecimiento en establecimiento y que tenerlo todo en un solo lugar era de gran ayuda.

“Hemos complacido a nuestros clientes, nuestra gran razón de existir, y hemos colocado piezas únicas y de gran calidad a precios súper asequibles con facilidades de financiamiento, para que cada uno a la altura de sus posibilidades pueda dar a su madre ese regalo que tanto desea”, expresó el empresario.

Dentro de los regalos hay  juegos de sala y  de comedor, mesas, credenzas y varios   electrodomésticos.

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Gran tradición

La tradición de regalar muebles se remonta a décadas, cuando se hacía imprescindible cambiar algún artículo del hogar entonces el padre –único proveedor económico de la casa- aguardaba fechas especiales y, como decimos en buen dominicano, “mataba dos pájaros de un tiro”. Así para reducir gastos, compraba ese efecto que debía ser sustituido en casa y lo entregaba como regalo de madres, cumpleaños, aniversario de bodas o Navidad.

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