¿Quién no recuerda esas visitas a casa de la abuela donde al caer la noche encendían esa linda lámpara cuyo combustible dejaba impregnado el lugar?
Posiblemente la historia le cause remembranzas de esa época en la que no todas las casas contaban con energía eléctrica y era necesario recurrir a otras alternativas de iluminación.
Era casi imposible encontrar una vivienda donde no hubiera por lo menos dos lámparas de gas con su fino y delicado tubo de cristal cuya función era resguardar la llama y proteger la mecha además de su depósito, que por lo regular era transparente, pero que también lo había en colores.
Estas lámparas eran diseñadas en diversos tamaños así como formas y materiales, por lo que la variedad era inmensa. Había para todos los gustos.
Aunque en la actualidad ya forman parte de las reliquias de cualquier hogar, las lámparas de gas pueden adaptarse a su decoración para aportarle un toque retro a la misma.
Además, no está demás tener una en casa, considerando que aún quedan poco menos de dos meses para que pase la temporada ciclónica y ante cualquier evento natural, las casas podrían quedar sin electricidad, por lo que usted tendría un elemento funcional para la iluminación mientras se restablece el suministro eléctrico.
Así que si usted tiene alguna guardada por ahí, es tiempo de sacarla, desempolvarla y tenerla a mano.