Un hito de la cirugía en Salvador Gautier

Un hito de la cirugía en Salvador Gautier

En medio de interminables recorridos de Trujillo por los pueblos, en evidente campaña reeleccionista aunque el “Presidente” era Joaquín Balaguer, el 20 de marzo de 1961 se realizó la primera operación de corazón abierto practicada en la República Dominicana, de tal trascendencia en la historia de la medicina nacional que fue transmitida por La Voz Dominicana televisión.

El doctor Sixto Incháustegui Cabral describió cada paso de la exitosa intervención que llevó a cabo el cirujano norteamericano Henry T. Nichols en el hospital “Doctor Salvador B. Gautier”, de la antigua “Caja Dominicana de Seguros Sociales”, propietaria de los “modernos equipos” que permitían la “circulación extracorpórea”, imprescindible para esta cirugía.

La paciente, una mujer de 36 años cuyo nombre no se publicó, padecía de “comunicación interauricular”, anomalía congénita que “consiste en la perforación del tabique que separa las aurículas del corazón ocasionando que la sangre arterial y la venosa se mezclen, ocasionando disnea, fatiga, pérdida de fuerza, llegando a provocar una lesión cardiaca por fatiga del miocardio que finalmente produce la muerte”, según descripción de la época.

Los escasos hogares que contaban con un televisor pudieron ver durante tres horas este  evento que se inició a las 11:45 de la mañana. Nichols fue asistido por Gumersindo Blanco, su ayudante en Filadelfia, y por los médicos dominicanos Félix A. Goico, Miguel Ángel Delgado Batlle, Joaquín Montolío, Napoleón Perdomo Camarena y Nicolás Pichardo. El científico viajó además con los anestesiólogos George Rabber y J. Dodge, con quienes colaboró el doctor Octavio Marmolejos.

Una novedosa “máquina corazón pulmón” fue manejada por el doctor Roberto Gómez. Los médicos Santiago de la Mota, Norma Gómez Patiño y Escipión Oliveira llevaron los “controles electrocardiográficos”.

Los días subsiguientes fueron operadas una paciente de 30 años que sufría de “persistencia del canal arterial”,  lesión considerada grave, y una niña de 12 años a la que facultativos locales sólo le aseguraban “un año más de vida” por una “estenosis pulmonar” que le impedía “el libre paso de la sangre del ventrículo derecho del pulmón”.

 Esta última cirugía “consistió en abrir el ventrículo izquierdo y corregir el defecto, pero para realizar esto, el doctor Nichols y sus asistentes tuvieron necesidad de practicar una gran incisión, cortar costillas, extraer el corazón y separar la arteria aorta y la vena cava para conectarlas al aparato que hizo las veces de corazón y de pulmón, y luego  realizar la operación”, se explicó.

 Durante  la operación, añade, el corazón de la jovencita cesó de latir, “condición indispensable para poder realizar operación de esta clase”.

Se afirmó que los intervenidos conservaron normales su frecuencia cardiaca, tensión arterial y pulso, que sus estados eran “muy buenos”, que hablaban y respiraban “sin dificultad”.

El  editorial del diario La Nación  celebró ese  “Progreso científico”,  “una demostración más del interés con que el Generalísimo Trujillo, Rector Ad Vitam de la Universidad de Santo Domingo, hace propicias todas las ocasiones para propender al adelanto de las ciencias en la República Dominicana”.

El 24 de marzo Nichols recibió diploma y medalla que lo acreditaban como Profesor Honorario de la Universidad. José Manuel Machado, rector, y Jaime Álvarez Dugan, vicerrector, hicieron la entrega.

“Como un apéndice”.   Hoy día, la cirugía “a corazón abierto” es tan común como operar un apéndice, declaró el reconocido cardiólogo y académico doctor Rafael Pichardo, Jefe de Enseñanza del Instituto Dominicano de Cardiología, centro del que fue director.

“La máquina que sustituye el corazón, los discos que se utilizan para la oxigenación de la sangre que pasa por el aparato y es trasladada de nuevo al cuerpo han evolucionado enormemente, inclusive, actualmente se realiza en el país la cirugía sin la bomba de perfusión, que es un avance tremendamente importante, implica que el corazón lo fijan con unas pinzas especiales y ahí cosen las arterias que están dañadas o que van a instalar sin que el corazón pase por ser exangüe, o sea, cuando se va a operar el corazón es un musculo inerte, ahora, cuando se hace sin bomba el corazón late normalmente”, agregó. Aquí se practica con y sin bomba.

Significó que aquella operación se tomaría hoy media hora, “porque, definitivamente, una de las evoluciones principales es que en la actualidad hay que reducir el trabajo de la bomba, antes se creía que era inofensiva, pero no lo es, porque hay una circulación artificial y llena relativamente de agua los tejidos, por lo tanto, es ideal hacerla con rapidez”.

Pichardo destacó la importancia de los cuidados post operatorios, por lo que ahora la cirugía “implica mover un equipo de 15 ó 20 personas y prácticamente todas las complicaciones están bajo control con la tecnología de vigilancia intensiva, que está sumamente perfeccionada. Si el corazón falla, hay aparatos especiales que lo sostienen hasta que se recupere, también se emplea medicamentos que antes no existían”.

Comunicó que “la técnica de coser las arterias es diferente, antes eran solamente venas para sustituís arterias, hoy se puede sustituir una arteria coronaria por otra arteria”.

Resaltó la modernidad de los equipos del presente y afirmó que ya no es necesario viajar para una operación de corazón abierto. “Se puede operar 400 ó 500 pacientes al año”, aseguró. Entre los centros de salud donde se realizan estas cirugías, Rafael Pichardo citó a “Cecanot, Corazones Unidos, Instituto Dominicano de Cardiología, Cedimat, Hospiten y los hospitales “José María Cabral y Báez”, en Santiago, y “Doctor Salvador B. Gautier”, en Santo Domingo. “Las hacen médicos dominicanos”, enfatizó.

Recorridos.  Virgilio Álvarez Pina y R. Paíno Pichardo fueron inseparables de “El Jefe” en los últimos recorridos que éste realizó por la República, como si “desandara los pasos”. En San José de los Llanos, primer pueblo al que viajó, estuvieron con él, además, Marcos Antonio Jorge Moreno, Juan A. Silva Santos, Luis Ruiz Trujillo, Antonio Armenteros, Enrique Ricart, Neit Nivar Seijas, Miguel Ángel Báez Díaz y José Joaquín Cocco hijo. Allí conmemoró la festividad de San José y el hecho histórico del 19 de marzo. Después viajó a San Pedro de Macorís, Sánchez, Bonao, La Romana, Villa Riva, Arenoso, El Seibo…

El Caribe y La Nación elogiaban en sus editoriales estos viajes, “el vehículo más eficaz de aproximación y de contacto con su pueblo”, porque él “es para las masas dominicanas fuerza de cohesión y de firme orientación”. Ya algunos lisonjeros lo habían proclamado Presidente, a un año de las elecciones de 1962.

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