Dicen que la decoración de una casa va con el carácter de sus habitantes, además del estilo de vida. Lo primero que le pregunta un buen decorador antes de lanzarse a darle unos cuantos consejos para que acondicione su hogar es a qué se dedica, cuánto tiempo pasa en casa, qué le gusta, qué odia…

Imagínese que a una persona que durante el día apenas está en su casa, se le ocurre tenerla repleta de plantas, cajitas en la mesita y un montón de detallitos más, repartidos por toda la casa. Posiblemente cuando llegue por la noche, lo que menos le apetece es ponerse a regar las plantas o a quitarle el polvo a los adornos. Al final, posiblemente termine por no sentirse cómoda en su propia casa.

Julia y Nicholas Barnard, autores de varios libros sobre decoración, señalan: «Cuando seleccionamos muebles y telas, papeles de pared y pinturas, objetos funcionales y accesorios decorativos para utilizarlos y disfrutarlos, estamos dando vida a nuestro entorno y con ello damos una mayor significación a nuestras vidas. Es en este momento cuando nuestro hogar se convierte en una extensión vital de quiénes somos. Muestra algo de nosotros y de la manera en que vemos el mundo, y expresa nuestros intereses y creencias incluso cuando estamos ausentes».

EL ESPACIO

Si es usted una de estas personas que no puede dedicarle mucho tiempo a la casa, hay varias soluciones para que la acondicione lo mejor posible. Pero eso sí, siempre según sus gustos, recuerde que es usted quien va a vivir en ella. Para empezar siempre va a existir un condicionante importante en la decoración de una casa, y es el espacio del que se dispone.

Los expertos en decoración señalan que la calidad y la percepción del espacio siempre puede manipularse hasta lograr que tenga poca relación con las dimensiones reales de una habitación. Algunos recursos apropiados para conseguir esto son los biombos plegables y las puertas correderas, que ayudan a dividir las funciones, definir áreas de diferentes actividades o crear rincones íntimos.

POCOS METROS

Si le gusta el minimalismo, siga ese estilo. Pero tenga presente que necesitará mucho espacio de almacenamiento adicional, a menos que pueda reducir la acumulación de objetos al mínimo. Sobre esta idea Julia y Nicholas Barnard apuntan: «Aunque sea un acaparador inveterado, una concepción disciplinada de la accesibilidad y del almacenamiento a largo término le ayudarán a mantener su hogar en orden. El espacio es lo que haga de él: recuérdelo y modele el espacio según sus gustos y necesidades».

En el caso de los espacios reducidos, éstos pueden dar más sensación de agobio y de que siempre están desordenados, pero no tiene por qué ser así. Hay que dar rienda suelta a la imaginación y a la flexibilidad para conseguir que parezca que caben cinco donde apenas pueden meterse tres. Lo que hay que hacer es pensar siempre en positivo y convencerse de que las necesidades propias son más importantes que las convenciones del diseño y las tendencias decorativas.

Los límites físicos no deben privar el confort de las habitaciones pequeñas si las planifica y organiza con atención. Por ejemplo, para realzar su intimidad natural y evitar la sensación de encierro, conserve la continuidad en el color y en los detalles, y preste mucha atención a la facilidad de movimientos.

Otro dato a tener presente es el tema de la organización meticulosa, ésta es vital para los espacios reducidos. En el caso de una pequeña cocina, los platos más utilizados pueden estar al alcance, en unas estanterías abiertas, mientras que las sillas plegables pueden ponerse colgadas en un lateral del armario para no molestar el paso.