Santiago. María Teresa Martínez se convirtió en otra víctima de los celos, pues su concubino, Evaristo Ortega, la asesinó de 20 puñaladas, en un hecho ocurrido ayer en el sector Nueva York Chiquito.
Tras cometer el hecho Ortega huyó, y hasta ayer en la tarde no había sido apresado por la Policía.
Teresa Martínez dejó en la orfandad a tres niños de cinco, nueve y once años.
De acuerdo con versiones recogidas en el lugar, los vecinos de Martínez le habían advertido sobre lo peligroso de mantener la relación con Ortega, ya que éste decía que ella era de él y de nadie más.
Teresita como le llamaban en la cafetería Rafael, donde trabajaba, era una mujer simpática y su marido la celaba constantemente.
Ella no era una muchacha de problemas, pero ese hombre la celaba y yo le decía, Teresa no te juegues con ese hombre que él dijo el otro día que tu no lo conoces, comentó Máximo Toribio.
Julio Peralta, también observó que Ortiz le comentó el pasado sábado que Martínez tenía todo controlado y que no lo iba a dejar.
Nosotros siempre la aconsejábamos, pero ella, una muchacha del campo, no sabía ni andar mucho en la ciudad, creía que ella actuaba bien y mire lo que le pasó. Ella tenía muchos amigos y Ortiz era celoso, sostuvo.
La Policía lo busca. La Policía nacional informó que persigue activamente a Ortega, para someterlo a la justicia.
El vocero de la Policía coronel Lorenzo Morillo, explicó que en una entrevista con una hermana de Teresa Martínez, manifestó que Baro celaba constantemente a Teresita, porque se oponía al trabajo que ella ejercía en la cafetería Rafael, ubicada en la avenida Circunvalación, en el sector Nibaje de esta ciudad.
Era de Salcedo. Los restos de María Teresa Martínez, fueron trasladados a Salcedo de donde era oriunda y en la tarde de ayer fue sepultada en el cementerio de la localidad.
Zoom
Sepultura
Los restos de María Teresa Martínez, fueron trasladados a Salcedo de donde era oriunda y en la tarde de ayer fue sepultada en el cementerio de la localidad.
Investigación
La Policía informó que persigue activamente a Ortega, para someterlo a la justicia.
Testimonio
Ella no era una muchacha de problemas, pero ese hombre la celaba y yo le decía, Teresa no te juegues con ese hombre que él dijo el otro día que tu no lo conoces, comento Máximo Toribio.