BANGKOK, (AFP) – El generalísimo Than Shwe, número uno de Birmania desde 1992, mantuvo hasta ahora a su país sometido a un régimen de terror y secretos, fortaleciendo el papel del ejército y asfixiando toda aspiración democrática.
Than Shwe acentuó el repliegue de Birmania sobre sí misma, mientras los países vecinos del sudeste asiático se abrían y comenzaban a hacer que la población se beneficiara del desarrollo económico.
El régimen de Than Shwe, denigrado en Occidente, y sobre todo en Estados Unidos, se esforzó por lograr un acercamiento con China, Rusia, India y Tailandia, países muy interesados en los recursos naturales birmanos, fundamentalmente el gas.
Aunque algunos expertos dicen que es mayor, Than Shwe nació oficialmente el 1 de abril de 1933 en un pueblito cerca de Mandalay (centro), donde comenzó su carrera como empleado de correos. A los 20 años ingresó al ejército de su país, una ex colonia británica que recién había accedido a la independencia, y vivió su primer bautismo de fuego como teniente contra los insurgentes de una etnia minoritaria. Poco después entró a una unidad especializada en la guerra sicológica.
En 1962, cuando Ne Win tomó el poder durante el primer golpe de Estado militar, Than Shwe fue elegido para dirigir la Escuela Central de Ciencias Políticas de Phaung-gyi, cerca de Rangún.
Cuatro años después volvió al ejército y ascendió progresivamente todos los grados hasta asumir el comando de una brigada de infantería.
Después de reprimir violentamente una sublevación popular en 1988 y de la caída de Ne Win, Than Shwe se convirtió en el brazo derecho del jefe de la nueva junta, el general Saw Maung.
Este último organizó en 1990 las primeras elecciones pluralistas, que para sorpresa de los generales fueron ganadas por abrumadora mayoría por la Liga Nacional para la Democracia (LND), entre cuyos fundadores se encontraba la opositora Aung San Suu Kyi. La LND jamás llegó al poder.
Cuando Than Shwe se convierte en número uno de Birmania, anula estos comicios y mantiene bajo prisión domiciliaria a Suu Kyi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz.
Than Shwe también apartó a sus rivales dentro del aparato estatal.
Aunque ha gobernado con mano de hierro, ha tratado de «entrar en la Historia como un rey generoso», afirmó un experto.
Hizo construir pagodas, puentes, rutas, diques y canales de irrigación, como hicieran antes que él los antiguos reyes birmanos. Ha sido visto en público raras veces, sobre todo durante los últimos años.