Con un legajo de recortes periodísticos y de fotografías y mil historias que contar, llegó a nuestra redacción el veterano actor Salvador Pérez Martínez El Pera. Sus anécdotas -las cuales relata con viveza e infinidad de detalles- lo vinculan de manera indisoluble a la historia del teatro dominicano.
A este arte le ha dedicado prácticamente toda su vida. Y es que nunca dejó de trabajar a pesar de que en aquellos tiempos difíciles de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, fue perseguido debido a su militancia en movimiento 14 de Junio y a su carácter contestatario. Su rebeldía le llevó a hacer simple y llanamente lo que le dictó su conciencia.
Aún a costa de poner en riesgo su vida, El Pera no vaciló en ayudar a sus amigos y colegas cuando se encontraban en un apuro. Esto lo dice con humildad y con el agrado del deber cumplido.
Mi mayor satisfacción ha sido, por lo menos en lo que a mi familia respecta, que ni a mi esposa ni a mis hijos les avergüenzan donde llegan. Cuando se enteran que son mis parientes, los abrazan y los felicitan. Ese es mi mayor orgullo, asegura Salvador.
A su lado, Milagros, su compañera y fiel esposa desde hace 43 años, le escucha atentamente.
Ver la gran cantidad de jóvenes que le saludan con respeto y cariño también le hincha el pecho de orgullo.
Yo contribuí a hacer historia desde la década del 40 y todavía me mantengo activo por lo que doy gracias a Dios y a los cuidados de mi familia. Eso me mantiene vivo, afirma Salvador.
La historia inicia. Juan Pablo Duarte, fundador de esta República, es su mayor fuente de inspiración. Este personaje le hizo entender que el teatro podía usarse como un arma libertaria.
Recuerda que empezó como declamador en la escuela República de Argentina. En esa época le llamaban Castorcito, y lo invitan a cuanta velada hubiera.
En la década de los 40 se inscribió en Bellas Artes, y durante seis años se mantuvo como un alumno brillante.
Otra vez el diablo, autoría del dramaturgo español Alejandro Casona, marcó su debut como actor. Esto fue en los 40. Recuerda que la prensa de la época dijo que ese fue el debut del año. En ella personificó a Cascabel. A pesar del éxito de la obra, a El Pera no se le permitió entrar a Bellas Artes durante cuatro años. No obstante, hubo personas que intercedieron por él.
Te confieso que yo tenía miedo, pero sentía la necesidad de protestar por algo que no me agradaba, recuerda Salvador, quien asegura que en varias ocasiones fue huésped involuntario de la fortaleza Ozama, del manicomio de Nigua y del leprocomio.
Todas las adversidades que pasó no lograron deternerlo. Y pese a que en dos ocasiones debió irse al exilio, siguió actuando y preparándose.
El actor asegura que a pesar de las restricciones de la época hubo actores que hicieron teatro contestatario y aunque no lo hacían de manera directa, utilizaron alegorías al régimen. Un claro ejemplo de ello es Los gavilleros, de José María Ramírez, Cinco días, Vacaciones en el cielo, La silla y muchas más.
No le gusta. Salvador manifiesta que le gusta todo tipo de teatro, aunque no le atrae la exageración en el astracán (gestos y moriquetas).
Exageran la voz y los gestos, y yo creo que eso no es teatro. El teatro no es más que una copia de la vida.
Su origen. Salvador Pérez Martínez nació el 26 de septiembre de 1931 en lo que antes se conocía como Galindo, hoy ubicado entre los barrios María Auxiliadora y Mejoramiento Social. Sus padres son Manuel de Jesús Pérez -de quien dijo era un padre maravilloso y un semental, pues tenía cinco mujeres (algo que él rechaza)- y Ramona Alicia Martínez.
El actor también tiene palabras de agradecimiento para Vicenta Matos, quien fue su madre de crianza.
Retiro y regreso. En 2006, se retiró del teatro con el propósito de no volver más, pero hace unos dos años decidió volver a engalanar las tablas con su actuación en la obra Se busca un hombre honesto, de Franklin Domínguez, quien le hizo salir de su retiro. Además actuó en varios anuncios.
Su queja. Con la responsabilidad que le caracteriza, Salvador lamenta los hechos de violencia que ocurren en esta media isla. Hay una falta de autoridad terrible, y el país tiene un buen presidente, a mí me parece que es un buen hombre. Aquí la delincuencia se ha incrementado desmesuradamente, y te puedo asegurar que la Policía hace su trabajo, pero la delincuencia ha crecido mucho.
Ante este hecho, el actor veterano afirma que el país necesita una mejor suerte, y en esto proceso encajaría a la perfección el teatro, pues podría ser una de las armas que nos ayude a ser mejores.
Actuación
Salvador Pérez Martínez ha actuado en más de 250 obras, entre ellas La cueva de Salamanca y Entre llamas. En las imágenes aparecen algunas de sus actuaciones.
Cine
Debutó en el cine con el filme El derecho de comer. También actúo en Pantaleón y las visitadoras (foto superior). Recientemente se unió al reparto de la película Cristo Rey, de Leticia Tonos.
Apodo
Lo de El Pera vino por una profesora de inglés, doña Elvira, quien viendo un libro en el que se ensalzaba al tirano, donde había un indio al que llamaban el pequeño Pera, explicó: él era un indiecito fuñoncito como este (señalándolo a él) que vive tirando piedras. Desde entonces lo llaman El Pera.
Festival
El actor resaltó la importancia de los festivales de teatro.
Galardones
Este maestro de generaciones y fundador del teatro rodante La Carreta, ha recibido varios reconocimientos, uno de ellos es la medalla al mérito de Duarte, Sánchez y Mella. La sala del teatro de Las Canas, de Cap Cana, lleva su nombre.