Un hospital para servir al prójimo

Un hospital para servir al prójimo

BIENVENIDO ALVAREZ-VEGA
Me produjo mucha alegría leer que el “hospital de los americanos” atendió este lunes a una señora que completó los dos millones de pacientes. Sin dudas un logro extraordinario en veinte años de servicio ininterrumpido al prójimo, de parte de una institución que nació con profundas motivaciones enraizadas en un evangelio bíblico. El hospital Centro Cristiano de Servicios Médicos Doctor Elías Santana fue fundado en 1985, en Los Alcarrizos, una comunidad que entonces albergaba una amplia población, pero no tan grande como ahora.

Los Alcarrizos, legendario y muy conocido en la historia dominicana, se convirtió a partir de 1966 en el lugar donde el gobierno del doctor Balaguer trasladaba a las personas desalojadas para dar paso a las construcciones que caracterizaron su régimen. Con estos desalojados la pobreza y la marginación social quedaron multiplicadas. Poner un hospital aquí no podía tener otro atractivo que socorrer a los pobres y a los marginados. Los principales promotores y fundadores de este Centro Cristiano de Servicios Médicos, William y Janice Hunter, son dos misioneros de un trasfondo doctrinario menonita, una visión del cristianismo que enfatiza el servicio, el amor al prójimo, la no violencia y el discipulado radical. Recuerdo a Willy unos 25 años atrás. Entonces era un jovencito de barbas negras. Lo recuerdo dictando algunas conferencias sobre sus estudios básicos, antropología, en los “viernes de la ADEE”. También involucrado en una importante obra de servicio en la calle El Conde, donde inició y administró durante un tiempo una amplia pensión para darle acogida a  estudiantes universitarios de escasos recursos económicos. Si mal no recuerdo, posteriormente se involucró en las tareas ministeriales de la Sociedad Médica Cristiana, junto a los también misioneros Wilbur y Joanna Kent y el señor Shannon. Siempre buscando oportunidades para servir a los más necesitados del país, a los que carecen de lo necesario para recibir una apropiada atención hospitalaria. El servicio  —la diakonía— es una de las piedras angulares de la vida cristiana. También está en el corazón mismo de la misión de la Iglesia, junto con la proclamación del evangelio, el magisterio y la comunión entre los fieles, entre los hermanos o, como lo dice San Pablo, entre los miembros de la “familia de la fe”. Willy y su esposa Janice han logrado con este Centro Cristiano de Servicios Médicos hacer realidad un sueño que tuvieron otros misioneros y dirigentes evangélicos locales que veían la gran necesidad que tenía el país de una obra de esa naturaleza, una obra que prestara atención a quienes no tienen dinero y  necesitan un servicio sanitario de calidad acompañado de calor humano. El lector deberá suponer los esfuerzos y sacrificios que deben hacerse en un país burocratizado como el nuestro para  instalar y mantener operando un hospital de este tipo durante 20 años. Pero los dos millones de pacientes atendidos, las 60 mil cirugías practicadas y la buena fama que tiene el hospital por la calidad de su servicio dicen que esos esfuerzos y sacrificios han tenido su recompensa. El Centro comenzó ofreciendo atención de oftalmología pero las necesidades de los pacientes han obligado a ampliar los servicios para atender otras enfermedades.  La memoria del doctor Elías Santana,  un pediatra y epidemiólogo que consagró su vida a brindarle salud a los niños y adultos de Guachupita, en la capital, y de Jarabacoa,  queda muy bien honrada con este “hospital de los americanos”. Este Centro Cristiano de Servicios Médicos es una extraordinaria muestra de amor al prójimo y debería ser, además, un ejemplo  de una eficiente y organizada manera de manejar un centro de salud.

bavegado@yahoo.com

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