Un hurra por Barack Obama

Un hurra por Barack Obama

La decisión histórica del presidente Barack Obama del 17 de este mes de diciembre 2014 al anunciar el término de un despropósito y dislate mayúsculo del embargo económico a Cuba y el restablecimiento de las interrumpidas relaciones diplomáticas, es un triunfo de su política de persuasión por los canales del diálogo y un varapalo al Partido Republicano, recordando que fue el presidente Dwight David Eisenhower, republicano, quien dispuso esas dos medidas que el tiempo demostró fallidas.

Fallidas de la cosecha del Partido Republicano, que es cierto, varios presidentes del Partido Demócrata validaron, porque luego de 54 años del embargo comercial (1960), el comandante Fidel Castro, aunque “retirado” del protagonismo de la revolución, de todas maneras su régimen comunista prevalece, el proceso socialista está aunque fragmentado por los imperativos cambiantes de los tiempos, intacto, el castrismo vigente, impertérrito como el primer día. ¿Quién sufre los embargos?

En el trayecto, once gobernantes norteamericanos atravesaron la etapa irracional del embargo donde los grandes consorcios perdieron a once millones de consumidores de diferentes poderes adquisitivos a tan solo 148 kilómetros negociables.

La liberación al norteamericano Alan Gross, preso desde hace cinco años en La Habana por tratar de conectar a los cubanos por el Internet, que seguro representará a Google en la capital cubana es una simple coyuntura para viabilizar a Estados Unidos la prospección petrolera del enorme yacimiento al norte de la provincia de Pinar del Río.

Como las golondrinas de San Juan de Capistrano, volverán las multinacionales, y con el hurra de Obama, el chavismo se achica y los esquistos USA suplirán el petróleo que requiere Cuba y Obama propicia, de refilón, un Nobel de la Paz al papa Francisco y a Raúl Castro.

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