Un importante Centro Cultural en el BID

Un importante Centro Cultural en el BID

MARIANNE DE TOLENTINO
En 1992, en ocasión de la celebración del Quinto Centenario del Encuentro de Dos Mundos, el presidente del BID, Enrique V. Iglesias, creó el Centro Cultural como una expresión concreta del liderazgo que el Banco, a partir de una fecha tan simbólica para las Américas, debía asumir con el fin de reformular la agenda del Banco, que para entonces se perfilaba con una visión integrada entre lo económico y lo social.

La misión del Centro Cultural se orientó desde el comienzo a introducir dentro y fuera del Banco el concepto de que la cultura hace parte del desarrollo, una idea completamente novedosa para el BID en su historia como organización multilateral. En la visión del presidente Iglesias, la necesidad de incorporar dicho concepto en la mentalidad institucional llevaría eventualmente al BID a expandir su portafolio para poder incluir la cultura, considerada tradicionalmente un sub-sector de lo social inhabilitada para recibir recursos, no obstante el importante papel que en todo sentido ha desempeñado lo largo de la historia de la región, y el prestigio que le ha dado por encima de otras áreas más favorecidas con la ayuda internacional.

Al prestar atención a lo cultural y utilizando su potencial, el presidente Iglesias entendía que el liderazgo del BID en la región sería más efectivo.

El reconocimiento a los logros alcanzados por quienes trabajan la cultura, muchas veces con grandes dificultades, y el potencial de la misma como fuente de progreso y aglutinador social, le parecían al presidente Iglesias asuntos que no podían desaprovecharse. Los recursos que la cultura ha logrado acumular en la región gracias al trabajo de muchísimas comunidades e individuos, desde sitios arqueológicos hasta obras literarias, sin la ayuda de las entidades de desarrollo, representan un potencial más que indicado para promover simultáneamente la agenda del BID y la región, dado que la cultura siempre ha demostrado sobreponerse a todo tipo de problemas económicos, sociales y políticos, los cuales siempre han persistido en América Latina y el Caribe.

El Centro Cultural fue encomendado a la Asesoría de Relaciones Externas. Desde sus inicios, el presidente Iglesias dejó claro que no se trataba de una iniciativa que pretendía utilizar la cultura «como una flor en la solapa», según sus propias palabras. Con tal fin, conformó un equipo profesional encargado de materializar la idea, sin interferencias de ninguna clase.

Tres programas básicos se diseñaron como parte de la estrategia institucional dictada por el Banco y la misión del Centro Cultural. El primero de ellos –concebido como el programa bandera del Centro, es el Programa de Desarrollo Cultural (PDC), el cual co-financia en la región hasta en dos tercios del valor de micro-proyectos culturales que tienen impacto social en un grupo humano determinado y un amplio sector de la comunidad. Cada año, una convocatoria es lanzada en todos los países para anunciar la recepción de proyectos cuyo costo puede oscilar entre US$1.000 y US$10.000. Las propuestas se entregan en las representaciones. Hasta la fecha, el PDC ha co-financiado más de 300 proyectos en todos los países prestatarios, con un porcentaje de éxito del 100%; ha beneficiado directamente a cerca de 60.000 individuos, e indirectamente más de 200.000; y algo muy revelador, ha recibido más de 3.400 propuestas de proyectos.

Otros dos programas adicionales, exposiciones, conciertos y conferencias, fueron puestos en marcha por la Sede, con el fin de establecer una ventana desde donde proyectar hacia Estados Unidos y el mundo, las manifestaciones culturales más sobresalientes de todos los países miembros del BID, con énfasis en América Latina y el Caribe.

Las exposiciones concebidas y organizadas por personal del Centro, incluyen una variedad de temas como artes visuales, arte popular, artesanía, folclore, etnografía, antropología, historia, girando alrededor de temas que analizan lo socio-cultural como contexto de otros aspectos políticos, económicos y sociales. Este enfoque le ha permitido al Centro Cultural establecer su propio nicho en Washington y afianzar en la región una personalidad propia ligada con la institución a la que pertenece. Cada exposición demanda del Centro un promedio de nueve meses de meticulosa preparación. Con un plan de trabajo de cuatro exposiciones por año, el Centro ha organizado y presentado a la fecha 54 exposiciones –entre ellas una de la República Dominicana– con las instituciones privadas y públicas más prestigiosas de las Américas. El Centro organiza además, concursos internacionales abiertos a todos quienes deseen participar, así la Bienal Interamericana de Videoarte.

Los conciertos y conferencias dan prioridad al talento joven de la región, que por lo general no gozan en sus países de oportunidades de demostrarlo en un escenario internacional. Muchos de los solistas que han debutado en Washington gracias al Centro Cultural –cuyas credenciales y cualidades interpretativas son asimismo analizadas con rigurosa objetividad en el Centro previamente a su presentación–, han recibido elogiosos comentarios de la crítica especializada. Las conferencias dan la oportunidad para escuchar el pensamiento de intelectuales, hombres de letras y personajes de la vida política, social y económica, sirviendo como un foro abierto de discusión de las ideas más interesantes que van ocupando lugar dentro de la continua transformación de los países. Los Premio Nobel Rigoberta Menchú, Oscar Arias, José Saramago y V. S. Naipaul; Premio Cervantes Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Jorge Edwards; Premio Alfaguara Tomás Eloy Martínez y Sergio Ramírez; Premio Príncipe de Asturias Nélida Pinón; Premio Planeta Antonio Muñoz Molina, y el filósofo Fernando Sabater, hacen parte de una larga y distinguida lista de más de 300 conferencistas e intérpretes que han demostrado en Washington como la cultura ocupa un lugar de importancia en la vida de nuestros países, pese a las circunstancias a menudo desfavorables.

El manejo de la Colección de Arte del BID, que por muchos años fue conformándose en el Banco, fue encomendada asimismo al Centro Cultural, dado que es la oficina que tiene el conocimiento y la experiencia para manejar un activo que durante los últimos 13 años se ha enriquecido considerablemente en calidad –más que en cantidad–, e incrementado su valor. El Centro dispone asimismo de un modesto Fondo para Contribuciones Locales, con énfasis en aquellas que sirven a comunidades con vínculos con la región, destinado a reforzar su presencia en la ciudad y dar evidencia inequívoca de su responsabilidad institucional.

A lo largo de sus trece años de funcionamiento, el Centro ha logrado establecer alianzas estratégicas con instituciones locales e internacionales, tales como el Centro para Estudios Avanzados de las Galería Nacional de Washington; la Comisión para las Artes y las Humanidades del Distrito de Columbia; el Instituto Italo-Latinoamericano de Roma; el Festival Internacional de Cine de Bogotá; el Centro de Artes León Jimenes en República Dominicana

Una de los aspectos más llamativos de la labor del Centro Cultural es que es una oficina pequeña con una gran responsabilidad. Su presupuesto es modesto comparado con el presupuesto total de la Asesoría de Relaciones Externas a la cual pertenece, y mucho más aún comparado con otras oficinas del Banco. El Centro maneja por su cuenta la prensa cultural tanto local como internacional, tiene su propia página web, y determina los mejores candidatos y componentes de los diversos programas.

Todo lo anterior se ha traducido en una extraordinaria acogida por parte del público en general, representada en el reconocimiento de su seriedad, y de la prensa local e internacional quien ha registrado en más de 4.000 artículos, reseñas, listados, comentarios y entrevistas.

Al presente, el Centro Cultural se constituye en una de las iniciativas más exitosas que deja el presidente Iglesias en el BID. Desde hace dos años y atendiendo las recomendaciones de la Junta Directiva del Banco, el Centro ha comenzado a expandir sus iniciativas en Europa, pero naturalmente existe una relación entre lo que el Centro puede hacer y sus recursos, considerando que su presupuesto no ha crecido, sino al contrario, decrecido. Con todo, el Centro fue este año el principal patrocinador del Pabellón de América Latina en la Bienal de Venecia.

En suma, el Centro Cultural del BID, creado por el presidente Iglesias, ha contribuido inequívocamente a posicionar al BID como institución líder indiscutible del desarrollo de la región, entendiendo éste como desarrollo integral, material y espiritual, la meta del verdadero desarrollo.

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