Un inventario bondadoso de mí

Un inventario bondadoso de mí

“Como el interior, así es el exterior”.
Axioma gnóstico

La nobleza del cuerpo se destaca en su función de vivir cada momento, tomando registro de cada paso de tu travesía. Mientras hay vida en la dimensión física, el cuerpo se mantiene en el presente. Este hecho lo convierte en una especie de biógrafo de la existencia.

En cierta ocasión leí que si quieres hallar respuestas a las grandes preguntas relacionadas con tu alma, debes empezar por hallar respuestas a las pequeñas preguntas relacionadas con tu cuerpo. De algún modo, mi cuerpo me ha extendido una invitación al movimiento. Hasta ahora, había sido una persona muy sedentaria. Mis ejercicios siempre habían sido mentales.

La escritora francesa George Sand creía que no sólo somos cuerpo o sólo espíritu; somos cuerpo y espíritu a la vez. Desde hace unos días, he decidido hacer algo diferente y al despertar, en vez de encender mi computadora como solía, me pongo ropa cómoda y salgo a caminar.

Para que mi alma no se inquiete, pensando que no está haciendo nada, voy escuchando el audiolibro de “Un curso de milagros”. Mientras mi piel recibe la brisa fresca de la mañana, disfruto el placer de reflexionar sobre las verdades espirituales. ¡La sensación es indescriptible!

Adicionalmente, me he sentido contenta con mi reflejo en el espejo. No sé si la década de los 50´s han tenido algo que ver con la manera en que me veo ahora. Lo cierto es que luego de haber emprendido la tarea de responder a la demanda de mi cuerpo, me siento muy satisfecha conmigo misma.

El filósofo suizo Henry F. Amiel dijo: “Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano, respétalo, estúdialo; concédele sus derechos”. Debido a la separación que nos hace percibir el ego, muchas personas están muy inclinadas a criticarse a sí mismas y resaltar los defectos de su cuerpo. El ego nos hace creer que somos insuficientes, inadecuados, imperfectos y necesitados.

La verdad es que como ser espiritual eres completamente valioso y especial. En 1892, Elizabeth Cady Stanton escribió en su obra Solitude of the self: “La naturaleza nunca se repite, y las posibilidades de un ser humano nunca se encontraran en otro”. Sus palabras sirvieron de inspiración para enfocar mi singularidad.

La naturaleza muestra el modo en que cada creación divina expone su potencial de la forma más bella y única. Un canario no envidia el vuelo del águila, ni ésta anhela cantar como el canario. Me propuse hacer un listado de las 10 cosas que más me gustan de mi misma, y agradecerlas.

Empecé por mi rostro y fui bajando poco a poco hasta llegar a los dedos de los pies. La mirada que me brindé fue más allá de lo que mis ojos podían ver, pero también lo incluyó. El listado contiene dos cosas de mi rostro, cinco de mi cuerpo y tres de mi personalidad.

Si quieres hacer este ejercicio, la recomendación es que busques mínimo diez cosas. Si por alguna razón no te sale en el primer intento, debes seguir haciéndolo cada día hasta que llegues a completarlas. Tal vez, te ocurra como lo que expresó el poeta libanés Khalil Gibran: “Conocí un Segundo nacimiento, cuando mi alma y mi cuerpo se amaron y se casaron”. Así es como me siento…

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