Un Irak partido en tres, miremos Kurdistán

Un Irak partido en tres, miremos Kurdistán

Por EDWARD WONG
QARADAGH, Irak —
La madre del policía kurdo murió en 1988 cuando una piedra enorme la aplastó mientras huía a Irán después del bombardeo aéreo contra su aldea. Su hermano mayor había muerto antes, en combate con las tropas de Saddam Hussein.

“Pero no simplemente odio a Saddam”, dijo el policía, el teniente Ismail Ibrahim Said, de 29 años de edad, en la estación policial de esta localidad montañesa antes del inicio, la semana pasada, del juicio de Saddam bajo cargo de genocidio contra la minoría kurda. “Lo veo en el nuevo gobierno de Irak. Cuando tienen poder, nos oprimen como lo hizo Saddam”.

Los sentimientos del policía, ampliamente compartidos en todo el territorio kurdo autónomo, reflejan una falta de voluntad entre muchos iraquíes para forjar una nación unificada, y pudiera anunciar la división del país en tres regiones autónomas. Conforme Irak se convulsiona en medio de la violencia de sunitas contra chiitas, está ocurriendo una partición de facto. Partes del país se parecen cada vez más al Kurdistán iraquí, y las regiones armadas homogéneas se están volviendo la norma.

Pero si el Kurdistán anuncia cada vez más la forma futura de Irak, también indica los riesgos inherentes en una fractura del país. Funcionarios estadounidenses e iraquíes coinciden en que el mayor peligro para un Irak políticamente dividido o un Irak presa de la guerra civil, es la intervención hostil por parte de los vecinos del país. La conflagración regional resultante pudiera reformar al md a través de un derramamiento de sangre masivo. Aquí, en el Kurdistán, la interferencia por parte de naciones vecinas ya está sucediendo más abiertamente que en cualquier otra parte del país.

Hace más de una semana, Irán disparó proyectiles de artillería durante varios días a aldeas alrededor de la Montaña Qandil en el norte remoto del Kurdistán iraquí, matando a por lo menos dos civiles, hiriendo a cuatro más y haciendo huir a veintenas del área, dijo un destacado político, Mustafa Sayed Qadir. Irán ha estado bombardeando el área esporádicamente durante meses, dijo.

La Montaña Qandil es una base para grupos militantes que combaten por la independencia o autonomía kurda en Turquía e Irán.

Como Irán, Turquía ha estado incrementando la presión contra los kurdos que están presionando por la autonomía. Este mes, el Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan de Turquía advirtió al vicepresidente iraquí, Tariq al-Hashemi, un árabe sunita, que el gobierno iraquí necesitaba adoptar “medidas satisfactorias” contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, un grupo guerrillero con escondites en esta región. Funcionarios turcos también han advertido al Kurdistán iraquí que no tomen el control de la ciudad petrolera de Kirkuk.

Los máximos políticos kurdos en Irak oficialmente no están presionando por un Kurdistán independiente. También están demasiado conscientes de que una nación kurda provocaría una intensa hostilidad de parte de Turquía, Irán y Siria, que tienen minorías kurdas deseosas de izar su propia bandera. Los kurdos en esos países y en Irak han soñado con unirse para formar la nación del gran Kurdistán, que comprendería a 30 millones de personas y se extendería del Mar Negro hasta el Mediterráneo y el sur de Irak.

“Ni Turquía ni Irán se sienten felices con lo que está ocurriendo en el Kurdistán iraquí: tener una región especial, tener un gobierno, tener un Parlamento, etcétera”, dijo Mahmoud Othman, destacado miembro kurdo del Parlamento iraquí. “Esa es la razón de que realicen esas operaciones especiales, esos bombardeos. Es un golpe contra el gobierno kurdo en el Kurdistán”.

“Tenemos que ser muy cuidadosos, y somos muy cuidadosos”, añadió.

El tipo de disputas transfronterizas que ocurren en el Kurdistán pudieran extenderse a todo Irak si el país se dividiera. Algunos líderes chiitas en el Kurdistán están trabajando para crear una región chiita autónoma de nueve provincias en el sur, la cual incluiría los campos petroleros alrededor de Basora. Si esto sucediera en el contexto de una guerra civil a gran escala, Arabia Saudita y Siria, países con mayorías árabes sunitas, abiertamente respaldarían a las milicias sunitas en Irak contra el feudo chiita apoyado por Irán.

Sin embargo, les guste o no a los vecinos de Irak, las regiones de este país se dirigen hacia una mayor autonomía, no menos.

El Kurdistán iraquí ha sido virtualmente independiente del gobierno nacional desde 1991, cuando las fuerzas armadas estadounidenses establecieron una zona de proscripción de vuelos sobre la región. El derrocamiento de Saddam en 2003 sólo empujó a los kurdos a reforzar su autonomía. Viendo eso, muchos chiitas en el sur empezaron a reclamar lo mismo.

El fin del juego para esta nación, no obstante lo sangriento que pudiera volverse, pudiera ser un Irak dividido en tres regiones autónomas dominadas respectivamente por árabes chiitas, árabes sunitas y kurdos. (Los árabes chiitas conforman el 60 por ciento de la población de Irak; lo otros dos grupos representan el 20 por ciento cada uno.)

Aquí en el Kurdistán, la gente habla abiertamente sobre su renuencia a participar en el proyecto de un gran Irak. En enero de 2005, 98 por ciento de los kurdos votó por la independencia en un referendo no oficial. Los kurdos a menudo señalan a la naturaleza artificial de la nación iraquí, creada cuando las potencias coloniales se dividieron el Imperio Otomano después de la Primera Guerra Mundial, y preguntan por qué se esperaría que el pueblo tuviera una fuerte sensación de identidad iraquí ahora cuando nunca la han tenido realmente.

“Irak nunca fue un país unificado”, dijo Asos Hardi, editor en jefe de Awene, un periódico kurdo independiente. “Cuando se deshicieron del único factor que mantenía unido a este país, Saddam, todos los problemas salieron a la superficie”.

En la plaza del mercado de Sulaimaniya, la ciudad principal del Kurdistán oriental, un maestro dijo que la enemistad histórica entre árabes y kurdos no desaparecería pronto.

“Los kurdos y los árabes han sido como vecinos, pero los árabes siempre han sido invasores de este territorio”, dijo el maestro, Anwar Abu Bakr Muhammad, de 33 años, mientras charlaba con sus amigos antes del anochecer. “Estar separados de ellos es mucho mejor”.

La campaña por la independencia es evidente simplemente al echar un vistazo a la plaza. A un lado de un edificio está una alta pintura del jeque Mahmoud al-Hafid, quien combatió por una patria kurda a principios del siglo XX. El centro de la plaza está dominado por un busto de Piramerd, un poeta mejor conocido por sus escritos sobre el nacionalismo kurdo.

En todo el Kurdistán, la bandera iraquí casi no se vislumbra. El estandarte rojo, blanco y verde del Kurdistán iraquí, con un rayo de sol amarillo en medio, ondea en las calles y los edificios de gobierno.

A los niños no se les obliga a aprender árabe en las escuelas, lo cual significa que toda una generación está creciendo sin la capacidad de comunicarse con otros iraquíes. Los árabes que llegan de otras partes del país tienen que registrarse con las fuerzas de seguridad locales. El gobierno regional kurdo tiene su propia milicia, llamada pesh merga, que se estima cuenta con unos 100,000 hombres y opera retenes en la frontera entre el Irak kurdo y el Irak árabe.

Además, la disputa entre árabes y kurdos pudiera ampliarse en vez de sanar por el juicio de Saddam y seis colaboradores por su brutal campaña militar de 1988 contra los kurdos, llamada Anfal. Los sobrevivientes en el estrado la semana pasada usaron un término que recientemente entró en el vocabulario kurdo para describir el destino de familiares tomados por las fuerzas gubernamentales y nunca vistos de nuevo: “anafalizados”.

Esos recuerdos de sufrimiento podrían impedir la unidad iraquí, pero sirven como refuerzo de los cimientos de la nación kurda.

“Los nacionalistas árabes nos consideran inferiores a ellos”, dijo Bahman Jabar, de 30 años, otro maestro en la plaza del mercado de Sulaimaniya. “Será mejor para nosotros separarnos de los árabes y tener nuestro estado kurdo”.

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