Un joven con trastornos psiquiátricos desata el pánico en un vuelo

Un joven con trastornos psiquiátricos desata el pánico en un vuelo

Un esrilanqués intentó entrar en la cabina de pilotaje de un avión de Malaysia Airlines diciendo que llevaba una bomba horas después de haber salido de una unidad psiquiátrica, informó este jueves la policía australiana.

El hombre, de 25 años, amenazó con hacer saltar por los aires el avión, pero fue inmovilizado por otros pasajeros.

El vuelo MH128 despegó de Melbourne el miércoles a las 23h11 (13h11 GMT) con destino a Kuala Lumpur, pero tuvo que dar media vuelta.

«Salió (el miércoles) de cuidados psiquiátricos y creemos que después compró un billete de avión, se fue al aeropuerto y embarcó», declaró a los periodistas el jefe de la policía del estado australiano de Victoria, Graham Ashton.

Varios pasajeros consiguieron inmovilizarlo en el suelo y atarlo antes de que el avión efectuase un aterrizaje forzoso en el aeropuerto de Melbourne.

Después, varios agentes de una unidad de élite de la policía subieron a bordo.

El joven vivía en Dandenong, un barrio a las afueras de Melbourne, y estudiaba en una escuela de cocina.

Dijo que tenía una bomba, pero en realidad era una antena Bluetooth casi del tamaño de un teléfono móvil, declaró Ashton, que precisó que el hombre sufría trastornos psiquiátricos.

Hora y media de calvario

El viceministro de Transporte malasio, Abdul Aziz Kaprawi, ya descartó la pista terrorista. «No es un secuestro. Un pasajero perturbado intentó entrar en la cabina de pilotaje», declaró a la AFP.

Para los pasajeros, fue un calvario de hora y media.

Andrew Leoncelli, un exfutbolista australiano que viajaba en clase business, contó a la radio 3AW lo sucedido.

«Un miembro de la tripulación le dijo: ‘Siéntese usted, señor, siéntese’, y él contestó: ‘No, no me voy a sentar, voy a hacer estallar el avión'», dijo.

«El empleado gritaba: ‘¡Necesito ayuda!, ¡necesito ayuda!’. Entonces me desabroché el cinturón de seguridad y me acerqué a él». El exjugador de Melbourne, de 42 años, afirma que el joven corrió hacia la parte trasera, donde dos hombres lo pararon y lo maniataron.

El comisario Andy Langdon declaró que los ocupantes del avión habían vivido una experiencia «muy traumática», pero su comportamiento fue «heroico».

Según otro pasajero, Arif Chaudery, «las familias y los niños estaban muy asustados, algunos gritaban». «Nos juntamos tres o cuatro» para ayudar a controlar al hombre, declaró a la televisión Channel Nine.

«Le tiramos al suelo, la tripulación trajo un cinturón, lo atamos de brazos y piernas y lo pusimos boca abajo», describió.

Laura, una pasajera que no quiso dar su nombre completo, declaró a ABC que temió por su vida. «Pensé que el avión se iba a estrellar, que la bomba iba a estallar, que iba a morir», afirmó.