Inspirado en el juego de la oca, este tablero ayuda a los niños a concienciarse con preguntas e iconos sobre los límites sexuales. EFE.
La Haya.-Varios colegios holandeses apuestan por un juego de mesa para niños cuya finalidad es enseñar a los más pequeños a decir «no» a los pederastas, en un país donde la policía recibió este año el doble de denuncias por abusos a menores.
El objetivo es que los pequeños sepan cuando «tocarles es bueno, malo o confuso» y -añade- hacerles más normal y fácil hablar de ello con un adulto.
Se trata, dice Duijzer, de hacer que el «debate sobre la sexualidad sea accesible para todos» e insiste en que debería ponerse a prueba en más colegios.
«El juego puede ayudar a averiguar si eso es cierto», dice Duijzer, que fue trabajadora social y cuya mejor amiga fue víctima de abusos sexuales.
La consejera juvenil Desiree van Doremalen es un poco más escéptica sobre este juego educativo.
«Desarrollar un instrumento de este tipo es muy peligroso cuando se juega en lugares donde no hay monitores que conozcan el funcionamiento», advierte, y señala que unas enseñanzas incorrectas pueden tener graves consecuencias.
El juego debe investigarse más aunque, señala Duijzer, es un buen comienzo para fomentar los conocimientos de los más pequeños que sufren abusos sexuales.
La consejera infantil Erna Polo fue entrenada por Duijzer para aprender cómo usar este juego y qué tipo de preguntas son las apropiadas.
No obstante, reconoce que hay una frontera muy sensible entre hablar del comportamiento sexual inapropiado y hacer preguntas directas si se sospecha de abusos.
«Hay que saber dirigir la conversación y estar entrenado para ello. Quizás sea necesario usarlo bajo vigilancia», explica.
El juego tiene cinco temáticas: construir la confianza, desarrollar la resistencia, la educación sexual, los límites psíquicos (a decir no o parar) y el descubrimiento de las inseguridades, explica su creadora.
Se trata de un juego, con cinco contadores y un dado, en el que los niños siempre salen ganando.
«Es como enseñar a los niños a montar en bicicleta. Ellos aprenden después de practicar durante un tiempo. Pero esto debe ser parte de su formación», celebra Duijzer.