Uno de los resultados importantes de la recién aplicada encuesta Gallup-HOY establece que el 76% de las personas consultadas cree que el Gobierno usó fondos públicos en la campaña electoral recién pasada de la que el Partido de la Liberación Dominicana y aliados salieron favorecidos. Coincide esta apreciación con la de sectores políticos, sociales y de la comunicación. Genuinamente, el sistema electoral dominicano ha logrado avances en los últimos 14 años pero sin superar la debilidad que ya pasa de inaceptable en el tiempo, que permite a opciones electorales que proceden del oficiliasmo, incluyendo lo municipal, basarse en recursos del poder en diversas medidas y modalidades para promoverse con injusta ventaja sobre sus competidores. ¡Correlación antidemocrática! Abundancia de medios ilegalmente tomados de un todo que no pertenece a ningún partido en particular.
Nadie podría negarse a vaticinar, colocándose de espaldas a la razón y a la verdad de los hechos, que las carencias institucionales que permiten que desde posiciones públicas se acrecienten recursos para proselitismos con movilización de multitudes y la atracción de voluntades, reducirían en muchos dominicanos la confianza en las urnas. Ni el Gobierno ni los partidos políticos deben retardar más que el Estado dominicano sea dotado de leyes y normas que garanticen la igualdad.
Registros y gatillos alegres
Si agentes policiales van a disparar mortalmente contra cada vehículo cuyo conductor, en su apreciación ligera, desobedezca orden de alto, habría que considerar al país entero como zona de mucho peligro. La muerte a tiros del estudiante de Derecho Abraham Ramos Morel en la madrugada del domingo presenta detalles que delatan precipitación de los agentes actuantes. Los deudos que le acompañaban relataron que la víctima conducía a baja velocidad y que detenía la marcha cuando lo tirotearon.
Los autores serán sometidos a la justicia, lo cual no devolverá la vida a un joven honrado y estudioso. El peso de la ley debe caer sobre ellos pero además la sociedad quiere la certeza de que en el futuro las patrullas de registros se ceñirán a un método que implique disparar como recurso extremo, por peligro para la vida, y antes indicios claros de que se trata de delincuentes, evitando el riesgo de disparar a conductores que no se percatan de que los mandan a parar.