Por un consenso entre la ONU y la UNESCO el 1 de abril es Día Mundial de la Educación. Para aquellos que no imparten o reciben docencia, quizás la fecha pase por alto, pero para los docentes siempre es una invitación a reflexionar sobre nuestra práctica.

Hay una práctica estudiantil  odiada por los profesores y por culpa de la cual – por momentos –más de uno ha maldecido lo bueno de la tecnología y deseado volver al pizarrón y la tiza. Popularmente se conoce como “copy & paste”; en buen español: copiar y pegar.  Un burdo plagio deshonroso al alcance de un par de teclas con el uso de un computador conectado al internet.

Bastaría asignarles un tema trillado, lo escriben en la casilla del buscador de Google y “enter” para que aparezcan millones de artículos en décimas de un segundo. ¿Pero qué fuera si se les solicitara buscar información sobre un hecho reciente dominicano? La cantidad de respuestas sustanciosas se reduce a un poco más de una decena de artículos.

De esta forma comenzó una simple tarea que se convirtió en artículos posteriormente publicados en Wikipedia sobre las materias primas dominicanas escritos por alumnas de la asignatura de Diseño de Muebles de la profesora Angélica M. Rodríguez Bencosme.

Tras la asignación, las jóvenes intentaron “investigar” como habitualmente lo hacían (buscando la información en Google) y fueron sorprendidas con que no aparece información.

Así conocieron de prima mano la pobre incursión del  país en las bases de datos internacionales y  la inexistencia de artículos científicos dominicanos (con excepciones meritorias).

 Poco a poco fueron armando sus artículos tomando información de artículos del periódico, visitando fabricantes, el Museo de Historia Natural, entrevistando a expertos, consultando la revista Ciencias Sociales del Intec y otras fuentes de su biblioteca, hasta completar con mucho esfuerzo (e inventiva de parte de la profesora) cada uno de los artículos que hoy conforman el Wikilibro, “Materiales dominicanos: de la industria al objeto”.

Recién se acaba de empezar a escribir este libro. Un adagio popular dice: lo que es igual no es ventaja. Las nuevas tecnologías pueden ser tan útiles para nosotros como para nuestros discentes; sólo basta que seamos tan ingeniosos como ellos.