Un libro explica la historia de los europeos a partir del ADN de su escritora

Un libro explica la historia de los europeos a partir del ADN de su escritora

La descripción del encuentro sexual entre una hembra 'Homo sapiens' y un macho neandertal es el comienzo de la novela de no ficción “Mi gran familia europea” , escrito por la periodista científica sueca Karin Bojs, quien ha querido contar la historia de Europa a través de su propio ADN/Foto: fuente externa.

Madrid.- La descripción del encuentro sexual entre una hembra ‘Homo sapiens’ y un macho neandertal es el comienzo de la novela de no ficción “Mi gran familia europea” (Editorial Ariel), escrito por la periodista científica sueca Karin Bojs, quien ha querido contar la historia de Europa a través de su propio ADN.

“El libro surge de la necesidad de investigar mi propia historia familiar a partir del estudio de mi herencia genética”, explicó en entrevista con Efe esta jefa del departamento de ciencia del diario sueco “Dagens Nyheter».

Bojs parte de la teoría científica de que los humanos modernos “somos descendientes de una única madre”, bautizada como “la Eva mitocondrial”, que vivió hace unos 200.000 años en el África subsahariana y que “el primer cruce entre ‘Homo sapiens’ y ‘Homo neanderthalensis’ debió de producirse unos 100.000 años después».

En su opinión los humanos modernos y los neandertales “probablemente no nos gustábamos mutuamente” porque «éramos muy diferentes” pero de aquellas relaciones “nacieron hijos, que sobrevivieron, crecieron y a su vez tuvieron descendencia».

Una evolución demostrada por la ciencia y basada en datos como que los europeos poseen una media de un 2 % de ADN neandertal, según apuntó en 2010 el biólogo también sueco Svante Pääbo, quien concluyó que los ‘Homo sapiens’ modernos tienen entre un 1 y un 4 por ciento de material genético de esta otra especie.

Uno de los principales beneficios de este encuentro es que “adquirimos nuevos genes”, algo importante teniendo en cuenta que el grupo de humanos modernos “que salió de África hace 100.000 años era tan reducido que tuvieron hijos unos con otros, generación tras generación” con los problemas derivados de consanguinidad, por lo que obtener “sangre nueva” reforzó su sistema inmunológico.

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