Nuestra más reciente obra ya está en la imprenta: es la compilación de artículos de los últimos diez añosque sobre el tema del Alzheimer, las demencias y el deterioro cognitivo leve,he tenido el gran honor de publicar en el periódico Hoy. Como verán, es una obra de divulgacióncientíficapopular sobre el tema de la memoria y procura hacer, con un lenguaje digerible, una revisión del fascinante tema de perder la retentiva. No tiene un rigor científico absoluto, ya que son publicaciones dirigidas a todo público. Antes que todo, deseo agradecer la oportunidad brindada por el Lic. Bienvenido Álvarez Vega, por acogerme entre los prestantes intelectuales que enriquecen las páginas de este diario.Nuestra labor como articulistala iniciamos formalmente en el 1976, en el desparecido diario Última Hora y pasamos luego por algunos años al Listín Diario.
Esta revisióndel deterioro de las funciones cerebrales superiores tiene un criterio práctico. El cerebro, con sus tres o cuatro libras, con más de 100 billones de neuronas y la suma de aproximadamente más de 100 trillones de sinapsis o conexiones entre células y células cerebrales, es un órgano muy especial. Trabajando sin ningún esfuerzo mayor, nospermite ese cerebroque realicemos todas las funciones de la vida diaria, también esas que nopercibimos como: la circulación, el respirar, la digestión; pero de igual modo maneja aquellas de las que sí tenemos “conciencia” tales como recordar, hablar, mirar, tomar decisiones; mediante un intrincado y complejo sistema químico y eléctrico.
Una de las funciones superiores que nos permite conectarnos de forma armónica con nuestro entorno es la memoria, esta acción humana que solo la valoramos cuando se nos altera, cuando la evocamos y no nos responde rápidamente. Tiene esta acción dememorización, una serie de vías cerebrales o fascículos,los que mediante un sistema de retentiva neuronalactúan en milisegundos, nos permiten elaborar el pensamiento armónico y “ver” en nuestros cerebros las imágenes que deseamos.
Por razones variadas, esa memoria en ocasiones se empieza a alterar y lo que antes era un comando automático desaparece y comienza ella a enlentecerse y en las etapas avanzadas de la enfermedad de Alzheimer puede esa memoria desaparecer completamente, convirtiendo al paciente en un abatidoy desconectado ser humano,totalmente invalidado, lo que resulta serun cuadro muy doloroso para el cuidador. ¿Qué ocurre en sus elementos íntimos, en esas insondables áreas cerebrales de la memoria? No lo sabemos en detalle, sin embargo, numerosos factores se argumentan: genéticos, degenerativos, virales, tóxicos, traumáticos, vasculares, etc., en fin, que no tenemos hasta hoy una explicación definitiva del porqué del fallo progresivo en las funciones cerebrales superiores, que aumenta al paso de los años.
Con esta compilación a publicar, que tiene el prólogo de una experta en el campo del Alzheimer, la Dra. Daisy Acosta, y los comentarios del psiquiatra Dr. Enrique Silié, pretendemos hacer una revisión de lo más actualizado que hoy sabemos de esa muy compleja función cerebral, la llamada “memoria”. Por igual de lo que se conoce como el Déficit Cognitivo Leve, condición con cambios mínimos de memoria, pero que progresan y que para muchos es la primera etapa de la enfermedad del “alemán”, la enfermedad de Alzheimer. En el 1910, el psiquiatra biológico, por igual de origenalemán, Emil Kraepelin, director del InstitutoPsiquiátricode Munich, formuló en la fecha una ingeniosa clasificación para los desórdenes mentales cuandopublicó su influyente libro “Texto de Psiquiatría”, en el que incluyó por primera vez el término“Enfermedad de Alzheimer”, para describirlospacientes con atrofia cerebral, sinapsis anormales y las neuronas descompuestas y con las características de:alteracionesclínicas de la memoria, conductas bizarras, serios trastornos cognitivos, que unos nueve años antes había descrito en una paciente el Dr. Alois Alzheimer.Esto dio inicio a que muchos investigadores de la época consideraran que las enfermedades mentales teníansus raíces en causas orgánicascerebrales, en contra de la posición de las teorías puramente psicodinámicas de Sigmund Freud tan en boga en ese entonces.¡Yainvitaré a mis amables lectores a su puesta en circulación!