ROMA (AP) _ Conmovidos por los persistentes disturbios y ataques en Francia, muchos europeos manifiestan temores de que se produzcan estallidos de violencia en sus propias comunidades de inmigrantes. Desconocidos incendiaron automóviles en las afueras de la principal estación ferroviaria de Bruselas y en un barrio de clase obrera en Berlín, si bien las autoridades en Bélgica y Alemania dijeron que los riesgos de violencia son mucho menores que en Francia.

De todos modos, las figuras públicas reconocieron que la escasa integración y la pobreza planteaban riesgos.

«Existen terribles condiciones de vida e insatisfacción aunque todos seamos italianos», advirtió el líder de oposición centroizquierdista Romano Prodi en una entrevista, y dijo que la pobreza, el desempleo y la decadencia urbana podrían provocar violencia.

«Creo que deberíamos abstenernos de extraer conclusiones apresuradas y de pronosticar si es posible que ocurra lo mismo aquí», dijo Thomas Steg, un vocero del canciller federal saliente alemán Gerhard Schroeder. «La situación no es comparable».

Wolfgang Schaeuble, un conservador al que se considera candidato a ministro del interior de la canciller federal designada Angela Merkel, secundó esa posición en una entrevista con el diario Bild.

«Las condiciones en Francia son diferentes de las que tenemos nosotros», agregó Schaeuble. «No tenemos esos enormes proyectos urbanos que están en los suburbios de las ciudades francesas».

Pero Schaeuble advirtió que «tenemos que mejorar la integración, particularmente de la gente joven. Esto significa sobre todo que deben dominar el idioma alemán».

Una ley de inmigración que entró en vigencia en enero se propone integrar en sociedad a los recién llegados obligándolos a asistir a cursos de alemán e instrucción cívica.

Otros, sin embargo, consideraron los disturbios iniciados el 27 de octubre en un suburbio parisino de clase obrera, tras las muertes de dos adolescentes de origen nordafricano, como evidencia de que las políticas inmigratorias europeas no dan resultado.

Heinz-Christian Strache, líder del derechista y xenófobo Partido de la Libertad, instó a los líderes de Austria a detener la inmigración e imponer medidas de integración que impidan el estallido en Austria de «las condiciones francesas».

El tabloide sueco Expressen dijo en una nota editorial que los incidentes de París tienen «relevancia para toda Europa».

«Tenemos dificultades en aceptar que venga gente de lejos. Es como si el personal humilde de un hotel de lujo de pronto se alojara en los mismos aposentos de sus clientes más acaudalados. Deberían saber cuál es el lugar que les corresponde, dice un apuntador oculto en la conciencia colectiva europea».

Abdelkarim Carrasco, un líder del millón de musulmanes en España, no cree que este país corra el riesgo de padecer el mismo tipo de violencia que en Francia debido a que la proporción de nordafricanos musulmanes pobres es mucho menor.

Pero dijo que el caso francés es un llamado de atención para toda Europa.

«O Europa se desarrolla y apoya la idea de una cultura mixta, o no tiene futuro», sentenció.