La avenida George Washington representa uno de los mayores atractivos turísticos de Santo Domingo y, por ello, cientos de extranjeros y dominicanos la visitan a todas horas para ejercitarse, disfrutar de las frescas brisas del mar y de sus numerosos hoteles y lugares de diversión.
Sin embargo, esta importante vía presenta el inconveniente de que para cruzarla hay que arriesgar la vida por la alta velocidad a que transita todo tipo de vehículos, en especial los pesados que llevan y recogen mercancías en los puertos de Haina y Santo Domingo.
Existen tramos, como el ubicado entre la Máximo Gómez y la estatua de Montesinos, que no obstante contar con la mayor cantidad de hoteles, restaurantes y centros de esparcimiento público, no cuentan con un solo semáforo o cruce peatonal.
Quienes visitan a diario esta vía y sus instalaciones padecen la imprudencia y falta de urbanidad de los conductores por lo que, descartados por el Ayuntamiento los pasos a desnivel, urge la adopción de medidas efectivas que garanticen su integridad física.
Lo primero que debiera establecerse en los tramos de mayor población es una velocidad menor a los 50 kilómetros por hora, con numerosas señalizaciones y supervisión policial.
Además, como plan piloto, cruces peatonales con reductores de velocidad y semáforos amarillos intermitentes custodiados por policías municipales o de la AMET que detengan el tránsito y den paso a los transeúntes que visitan las plazas de Güibia , Juan Barón y la Unicaribe.
Quiera Dios que nuestras autoridades municipales con el apoyo de las policiales se animen a considerar estas sugerencias ejecutables a bajo costo y que resolverían una situación de seguridad ciudadana.