Un matrimonio obligado

<p>Un matrimonio obligado</p>

SAN FRANCISCO .- El regreso de Barry Bonds a los Gigantes de San Francisco se siente un poco como una boda forzada.

No importa cuánto ambas partes quisieron la separación, los Gigantes no pudieron encontrar otro cuarto bate tan poderoso como Bonds. Y el toletero trató infructuosamente de encontrar un lugar mejor para romper el récord de Hank Aaron que su viejo hogar.

Los fanáticos del área de la bahía le han seguido apoyando pese a todos sus problemas, en una ciudad en la que de niño Bonds jugó en los vestidores con su padrino Willie Mays y su padre, Bobby Bonds.

Bonds es abucheado y despreciado en casi todos los estadios que visita, aunque miles de personas siguen pagando boletos para verle batear.

Y aunque el dueño de los Gigantes, Peter Magowan, dijo que Bonds no seguiría siendo el foco de la franquicia si regresaba, aún es el centro.

¿Cómo pudiera ser de otra forma, con toda la atención que atrae, a solamente 22 jonrones de rebasar a Aaron? No importa que Bonds genere comentarios negativos de la prensa, a causa principalmente de las interrogantes sobre uso de esteroides que le persiguen.

Con todas las estratagemas empleadas por ambas partes en el proceso de negociaciones, Bonds terminó recibiendo casi exactamente la paga que esperaba: 16 millones de dólares por un año y la oportunidad de aumentar la cifra a 20 millones con bonificaciones.

No hay forma de que ningún otro equipo ofreciese lo mismo.

“Yo estoy viendo a jugadores de segundo orden recibiendo cantidades absurdas de dinero”, dijo el paracorto de San Francisco, el venezolano Omar Vizquel. “Uno ve a un tipo como Barry Bonds, que siempre ha estado en los libros de récords y es un Jugador Más Valioso, y por supuesto que le van a pagar bien”.

Las dos partes alcanzaron el acuerdo el jueves por la noche, y aún faltaban detalles del contrato y que Bonds se sometiese al habitual examen físico. El veterano pelotero se operó el codo izquierdo y tuvo tres operaciones en la rodilla derecha en el 2005, que le limitaron a 14 juegos.

Bonds va a ganar el doble que cualquiera de sus compañeros de equipo. Su defensa ya no está al nivel de Guante de Oro, pero el pelotero estaba corriendo mucho mejor para fines de la temporada y aún muestra una de las mejores coordinaciones en el plato jamás vistas en el béisbol.

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