Cualquier causa de interés social, por más justa y bien intencionada que esté, no puede contravenir o poner en peligro la paz social y la estabilidad de la nación, dos bienes esenciales que son de patrimonio público, vale decir de los ciudadanos en sentido general y no solo del Gobierno y de las autoridades.
En un ambiente de desasosiego que traspasa la vocinglería y que llega en ocasiones a vías de hecho con desórdenes y manifestaciones de violencia callejera, trabajadores, obreros, amas de casa y estudiantes no pueden desarrollar sus actividades cotidianas con seguridad, en equilibrio y normalidad.
Este tipo de situaciones en que se incendian neumáticos, se lanza basura a las vías y se obstruye el libre tránsito de vehículos -prácticas por demás desfasadas que no alcanzan nada positivo- perjudican a personas que de algún modo pueden identificarse con algunos aspectos enarbolados por los manifestantes, pero que desaprueban los métodos utilizados para canalizar insatisfacciones populares.
Este imperativo por la preservación de la paz adquiere renovado interés y trascendencia en momentos en que desde el foro “Invierte en RD”, con la participación de más de 600 inversores nativos y extranjeros, se ha enviado un mensaje de aliento sobre la pujanza y perspectivas promisorias que tiene el país en este campo.
Para advertir la significación capital de este renglón hay que dejar de lado visiones angostas, a fin de dimensionar el papel determinante que esas inversiones tienen en el fortalecimiento de la economía y, por tanto, en la capacidad de invertir en los programas sociales de desarrollo humano y de lucha contra la pobreza.
Las palabras del presidente Danilo Medina ante los participantes en el foro fueron de gran estímulo, pues los invitó a quedarse y confiar en lo que calificó de “enorme potencial” de la República Dominicana, que en estos momentos “está en uno de esos momentos idílicos en que el potencial humano y económico de un país comienza a florecer y multiplicarse”.
Aun en medio de coyunturas complicadas que ha tenido que atravesar con mayor fuerza en las últimas semanas por presiones de toda índole provenientes de diferentes ámbitos y direcciones, el Presidente ha tenido la capacidad, por su carácter sereno y ponderado, de seguir adelante en su visión de Estado y de ahí el sentido y claro mensaje que transmitió a los inversionistas.
La exhortación presidencial tuvo una inmediata acogida y repercusión cuando el principal ejecutivo de Ambev para América Central y el Caribe, Jean Jereissati, anunció que próximamente recomendará una inversión adicional de 100 millones de dólares en el 2015 en la Cervecería Nacional Dominicana, como parte de su crecimiento en la región.
Un dato no menos significativo es que Felipe Vicini, presidente de Vicini, -en la primera exposición pública formal de un dirigente cabeza de ese grupo-, destacara que la República Dominicana es un destino atractivo para los inversionistas extranjeros que buscan mercados alternativos para colocar sus capitales con seguridad y posibilidades de rentabilidad, con reglas de juego diáfanas y confiables.
Como no hay mejor forma que predicar con el ejemplo y sustentar lo que se dice en base a experiencias y realidades vividas, y no en simples teorías, el capitán de empresa detalló una serie de exitosas inversiones extranjeras gestionadas por Vicini, en una muestra de la confianza que el país ofrece para la inversión foránea.