Un mensaje desde la fe católica al pueblo dominicano

Un mensaje desde la fe católica al pueblo dominicano

La devoción a la Virgen de la Altagracia, consagrada por el catolicismo como protectora del pueblo dominicano, alcanzó uno de los momentos más significativos en la exaltación de los valores espirituales predominantes en la nación dominicana al celebrarse con solemnidad y gran presencia de feligreses el centenario de la coronación de la imagen mariana.

En el acto eucarístico de más participación en mucho tiempo, que tuvo como asiento el parque Olímpico, el enviado papal, monseñor Edgar Peña Parra, llegado para tan especial ocasión, formuló una exhortación a respetar la dignidad de todas las personas «sin importar su raza o condición».

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E instó a la multitud presente a apoyar a la familia como institución que debe ser sólida para germinar valores a ser defendidos por la sociedad de la denigración y las marginaciones. Un llamado a poner en alto la inviolabilidad de la vida. En medio de la solemnidad se dirigió a los jóvenes dominicanos describiéndolos como «el futuro de este bello país y de la humanidad».

Una exhortación apropiada en unos tiempos en que prospera la disfuncionalidad familiar por ausencia de principios y privación de bienes materiales y enseñanzas morales característicos de la deshumanización y la inequidad asociadas a la modernidad mal interpretada. Bienvenido el mensaje pontificio dirigido a reforzar el sentido cristiano de piedad, perdón y justicia a este país identificado con el cristianismo que tiene en Higüey gran destino de peregrinaciones.

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