Un mensaje para los jóvenes

Un mensaje para los jóvenes

Fue una pareja que en un principio parecía tener el mundo a sus pies. Llegaron a disfrutar a sus anchas del lujo, la buena comida, los placeres, la influencia social y muchas cosas materiales.

Sin embargo, esto lo pudieron lograr dándole un giro enorme a sus vidas.

Poca atención se ha prestado al dato de que Figueroa Agosto fue un estudiante universitario.

Y, Sobeida Félix, una joven mujer que estableció un hogar y que luchaba en la vida por abrirse paso.

¿Cómo fue que encontraron el punto de la torcedura?

Al parecer hubo una fuerza poderosa que los doblegó hasta hacerles pensar que la única forma de ser feliz era acumulando dinero a través de una práctica tan terrible como el negocio de las drogas.

La combinación de sus mentes y corazón no se limitó sólo al delito, sino que la química terminó en romance indebido.

Hoy los medios de comunicación presentan al mundo las consecuencias de la andanza extraviada.

La impunidad llegó a su fin y lo mismo ocurrió con la libertad de seguir corriendo por el mundo exhibiendo el lujo y viviendo la “buena” vida.

El Agosto que pudo haber sido un gran profesional en el mañana-médico, abogado, ingeniero…- verá consumir parte de su valiosa existencia tras las rejas y bajo el estigma de todo el sistema social. Ahora Sobeida se afana en mantener su belleza con un maquillaje que no logrará cambiar su imagen ante el mundo y, mucho menos, ocultar el dolor de un pasado en el que sólo quedan los recuerdos de un hogar destruido y unos hijos que de seguro preguntan  en cada amanecer por su querida madre.

La pregunta no se hace esperar, ¿valió la pena?

Sólo Dios podrá con su dolor.

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