Un metro vale 600 dólares

Un metro vale 600 dólares

POR LLENNIS JIMÉNEZ GARCÍA
En   Gascue,  una de las principales zonas de la ciudad de Santo Domingo, preferida por el sector inmobiliario y donde se encuentran  casas de arquitectura centenaria,  un metro cuadrado de tierra se ha elevado hasta los   400 y  600 dólares, reveló ayer el arquitecto Omar Rancier.

El director técnico del Consejo Nacional de Asuntos Urbanos (CONAU) dijo que cinco años atrás el valor de la  tierra en este sector de enormes contradicciones culturales  costaba la mitad.

Los terrenos del área son predilectos para los urbanistas, quienes procuran adquirir mejoras para convertirlas en grandes torres, lo que ha provocado la plusvalía del suelo.

El caso es motivo de frecuentes denuncias en el Ayuntamiento del Distrito Nacional por juntas de vecinos opuestas al cambio de la densidad, para permitir grandes torres.

Rancier expresó que los dos espacios que están en un proceso grande de transformación son  Gascue, por su cercanía al centro histórico y su gran calidad ambiental, y el polígono central y áreas aledañas, debido que ahí se desarrolló el centro financiero.

En esa zona están los ensanches Naco, Piantini, parte del Mirador Sur y  Los Cacicazgos,  urbanización  esta última diseñada para una clase media alta, con densidad baja, ahora presenta proyectos de alta densidad.

 “Hay que ponerle un poco de atención a ese problema”, advirtió Rancier entrevistado durante la firma del convenio de colaboración institucional entre CONAU y la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU).

El arquitecto  declaró que el problema de la densidad urbana es tan grande, que el  60% de la población sólo ocupa un poco más de 30% del territorio, mientras el 40% de los habitantes tiene el  70% del suelo. Afirmó que los  barrios más densos y poblados no tienen servicios, espacios públicos, ni infraestructura.

Explicó que por cada  kilómetro cuadrado del Distrito Nacional hay más de 1,000 habitantes.

Rancier manifestó que se tiene que pensar en sanear estos asentamientos, dotarlos de infraestructuras adecuadas y de un sistema de espacios públicos que permita el desarrollo de las actividades.  Adujo  que hay que abocarse a  plantear una Ley de Uso de Suelo, que determine las densidades de una manera clara.

Ese proceso tendría   dos ventajas: daría la posibilidad de que lo que se haga tenga el soporte de  la infraestructura necesaria y controlaría los precios de la tierra. El arquitecto dijo  que los precios de la tierra  están en mano de un mercado inmobiliario irracional y que ha permitido que se dispare su precio, entendiéndose que en cualquier parte se puede establecer cualquier tipo de proyecto.  Precisó que la reglamentación debe establecer límites de densidades y esto, eventualmente va a producir una mejor ciudad. Dijo que  es errada la idea de que se puede densificar cualquier zona, ya que cada una  tiene su capacidad. “Hay que quedar claro en que la capacidad del Distrito Nacional  no es infinita”.

Dijo que Santo Domingo está abocado a grandes cambios desde el CONAU y a través del Plan Indicativo de la zona metropolitana Santo Domingo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas