POR FAUSTO ADAMES
Ningún aspecto de la economía es más misterioso para los ciudadanos de un país que las fluctuaciones de la tasa de cambio y las finanzas internacionales. De hecho, quizás también esta realidad sea misteriosa hasta para los expertos, puesto que se dice que Maynard Keynes, el padre de la economía moderna, que especuló comprando y vendiendo divisas en el mercado negro, se hizo rico tres veces, pero se arruinó en dos ocasiones.

Lo cierto es que la existencia de préstamos internacionales excesivos por un incremento sin precedentes en el endeudamiento externo presionan la balanza de pagos de una nación, hecho que, junto a la especulación, introducen severas complicaciones a las fluctuaciones de los tipos de cambio, según opinan economistas consultados para este trabajo.

POCA DEMANDA

Sin embargo, varios representantes del mercado cambiario nacional afirman que la baja en la tasa de cambio es una situación normal. “El dólar se ha estado moviendo indistintamente hacia arriba y abajo, dependiendo de las circunstancias”, afirma Freddy Ortiz, presidente ejecutivo de la Asociación de Remesadores Dominicanos (ADEREDI).

Mientras que Augusto Peignand, presidente de la Asociación Dominicana de Agentes de Cambio (ADOCAMBIO), tiene una opinión más contundente: “Son razones conocidas por todos, y estas se deben a los cambios del equipo económico del gobierno”.

También para Peignand ha sido determinante el factor confianza y el mejoramiento de la tensión política causada por las pasadas elecciones, además de que la demanda de divisas ha bajado bastante “y los dólares están fluyendo en cantidades suficientes para suplir la economía”.

Además, según el presidente de los cambistas, los principales compradores son las empresas generadoras de electricidad y la Refinería, “y estos han estado fuera del mercado”.

Para Peignand, fundamentalmente hay una oferta superior a la demanda, puesto que las importaciones se han reducido bastante también.

Para explicar el fenómeno, Ortíz, por su parte, trata de seguirle los pasos a la tendencia del dólar: “La semana pasada la moneda extranjera experimentó un movimiento hacia arriba hasta cotizarse en RD$36.00 por US$1.00 porque, al parecer, hubo un gran comprador que salió a buscar una fuerte suma de dinero, y eso inmediatamente despierta la especulación”.

“Luego de satisfecho ese cliente, es decir, desde el lunes pasado en adelante, comenzó la prima a bajar y para el miércoles esta se había situado hasta los RD$33.00 por US$1.00”, afirma.

Para el presidente de los remesadores, estos tipos de movimientos de la divisa son coyunturales, es decir no obedecen a factores macroeconómicos significativos, de los cuales se tenga conocimiento.

“O sea, no parece haber en estos momentos ningún elemento que la mueva, que no sea simplemente esas oleadas provocadas por las circunstancias, cuando salen al mercado compradores fuertes, como la refinería, algunos importadores o los generadores de energía”.

Por tanto, Ortiz piensa que esto no se puede ver como una tendencia permanente.

“De hecho, también ha ocurrido que mucha gente que tenía dinero guardado en dólares, y al ver que el descenso se ha mantenido en un rango y que no ha habido movimiento hacia arriba (cercano a los niveles en que estaba hace unos tres meses, es decir de RD$40.00 a RD$45.00 por US$1.00), como modo de protegerse no han tenido más remedio que vender, porque son personas que necesitan su dinero y no van a seguir perdiendo.

Según él, este factor se denomina el “efecto palanca”, el cual hace que más dólares sigan entrando al mercado y se mantenga el equilibrio en un precio que crea sorpresa.

CAMBIO DE POLÍTICA

También, para Ortiz, es erróneo el criterio de sectores, o más bien de comentaristas políticos que han querido insinuar que había una especie de acuerdo tácito para estrangular al gobierno pasado, manteniendo una escasez de dólares “lo que es un soberbio disparate”.

En su opinión, esto no era ni es posible hacerlo. “Lo que ha ocurrido es un elemento de recuperación de la confianza, que unido al “efecto palanca”, ha traído muchos dólares al mercado.

De su lado, Peignand destaca que las nuevas autoridades se han dedicado a tratar de resolver el déficit cuasi-fiscal del Banco Central, lo que es un elemento muy positivo. “Y esto se percibe, porque han ido bajando las tasas de interés de los instrumentos de colocación”.

“Es decir, han aumentado los plazos en la colocación en cuanto a  los vencimientos y a tasas mucho más bajas, lo que naturalmente implica menores gastos para el Banco Central”, afirma.

También para Peignand la baja en la tasa implica un reducción en la deuda externa del país, porque hay que buscar menos pesos para ir cumpliendo con los pagos, además de que se está negociando con el Club de París y tratando de arribar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“La gente del Fondo ha dicho que están satisfechos con la forma en que se está manejando la economía ahora, y todo eso va generando un ambiente de confianza y menor tensión en los diferentes segmentos de la economía”, afirma.

Las perspectivas

Para Ortíz, “no habrá movimientos bruscos de la moneda en un futuro cercano, porque las compras de navidad se hicieron. O sea, se encargaron, están en camino o ya llegaron, y por tanto esos movimientos de capitales que a veces se ven violentos no son más que especulaciones, porque salió un comprador fuerte y el que tiene dólares se agarra para tratar de ver si pesca en río revuelto, lo que es clásico y tradicional que suceda en este país”, comentó.

Pero a juicio de Peignand no es bueno que los movimientos de la moneda extranjera sean bruscos, porque sectores como el turismo y zonas francas se ven afectados. Y para evitar esta situación, el cambista recomienda que “nadie se desespere y salga a buscar dólares en forma desordenada, sino que vayan comprándolo en la medida de sus necesidades, para que no se creen cuellos de botellas en el mercado”. 

Tampoco para Ortiz es saludable que el dólar baje de un precio promedio de RD$35.00 por US$1.00, porque afectaría el presupuesto y la planificación de los sectores generadores de divisas, como el turismo y las zonas francas.

“Por tanto, el país debe entender que debe marchar en las circunstancias que se están dando. Es decir, tratar de estabilizar un precio del dólar, para que ni suba ni baje violentamente. O sea que se mantenga en un nivel en el cual todos los sectores económicos puedan hacer una proyección para que salgamos del atolladero económico en que estamos lo más rápido posible y así podremos comenzar a disfrutar de la estabilidad y progreso que merecemos”, expresó.

VELOCIDAD DEL DINERO

Para algunos economistas la baja del dólar es el resultado de una política de restricción monetaria aplicada por el Banco Central, puesto que el dinero nominal no está creciendo acorde con la devaluación de la moneda. Estos entienden que para que haya un equilibrio de la tasa de cambio, la cantidad de pesos en circulación debe estar acorde con la cantidad de reservas internacionales que tenga el Banco Central, hecho que casi siempre nunca sucede.

Es decir, si se quiere lograr una estabilidad en la tasa promedio de D$35.00 por US$1.00, debe de haber un dólar por cada 35 pesos circulando en la economía, que es el objetivo que persigue el Banco Central con esta política de restricción monetaria.

Por ello, le velocidad del dinero es un indicador que surge de la división del Producto Interno Bruto (PIB), entre un agregado monetario (en el caso de la baja del dólar, la oferta monetaria del país o sea el indicador M1, que es la cantidad de dinero efectivo) y los depósitos a la vista en manos del público. Esto determinará la oferta o demanda real de dólares de la economía, que, en el caso actual cumple un ciclo restrictivo.

O sea que en el caso de la baja que se ha registrado, el papel que ha jugado el Banco Central es de retirar los pesos que están demás en la economía, es decir restringir la cantidad de pesos en manos del público, según la opinión de los economistas consultados para este trabajo.