De vez en cuando dedico esta columna al tema de la educación teniendo en cuenta que la Academia de Ciencias, reconociendo como estratégico el tema educativo para un país que quiera desarrollarse técnica y culturalmente e impulsar así – requisito imprescindible – un nivel competitivo que sostenga un nivel de desarrollo sostenible, promueve el programa la “Ciencia en la Escuela” para contribuir a la elevación de la calidad en el estudio de las ciencias desde los primeros niveles de enseñanza. Por tanto, para hoy tenía en agenda un artículo sobre el atraso educativo en la mayoría de las naciones de América Latina y ver el caso dominicano en ese contexto. Sin embargo, consultando fuentes me encontré un trabajo sobre lo que es considerado uno de los mejores – si no el mejor – sistema educativo del mundo. Creí oportuno hablar de excelencia, no para que se pretenda copiar, sino para que tengamos un referente.
Cuando la OCDE dio a conocer su primera evaluación mundial comparativa sobre la educación en el mundo en el 2000 y Finlandia descolló en prácticamente todos los indicadores, los expertos llegaron desde todas las dimensiones para analizar el modelo.
Veamos los elementos esenciales que caracterizan el sistema finlandés: primero, y sorprendente, los niños comienzan la escuela a los 7 años; de hecho, salvo muy puntuales excepciones, las escuelas son públicas; la educación es gratuita hasta la universidad como también los materiales escolares y la alimentación; en los primeros seis años de primaria un mismo maestro imparte casi todas las asignaturas; la jornada escolar supera las 8 horas y puede llegar a 15, sí a 15; la carga horaria en primaria es de solo 608 horas, relativamente baja; el promedio de alumnos por aulas es de 23 y las pruebas nacionales – dos – se realizan cuando los estudiantes tienen ya 18 años.
Si todo eso es impresionante el tema del personal docente es verdaderamente extraordinario. Su selección es considerada la más exigente del mundo. A las facultades de educación solo entran estudiantes con un promedio superior a 9, de 10, por lo que en la selección solo aceptan al 10 % de las solicitudes. Después, para ejercer la docencia deben tener maestría. La profesión es atractiva, y no solo por los excelentes salarios – de 2 a 3 mil dólares – sino por el prestigio y reconocimiento social. Son de los profesionales más respetados.
Algo crucial: la escuela es vista solo como parte del engranaje de formación que se completa en la familia y la sociedad.
Obsérvese que en el título hablo de “un” y no “del” modelo. No pretendamos copiar a ciegas realidades distintas. Finlandia es un país milenario que ha alcanzado un nivel cultural forjado por siglos y con un nivel de desarrollo del primer mundo. RD es un joven país con las limitaciones socio-económicas derivadas de un orden internacional desigual. Sí, debe conocerse lo mejor y ver qué se puede adaptar a la realidad criolla. Cada país tiene sus particularidades y debe buscar la excelencia atento a ello.