Un motivo para unir a la nación

Un motivo para unir a la nación

La conmemoración de la gesta patriótica del 27 de febrero de 1844, de la que hoy se cumplen 175 años, debe ser aprovechada para la reafirmación de compromisos con la mística independentista abrazada por los integrantes de la sociedad La Trinitaria que se propusieron y lograron crear una República Dominicana libre de todo poder extranjero y a ser regida por principios democráticos y de justicia social. Encaminada desde su nacimiento a basar su existencia en la solidez de instituciones y el respeto a los derechos ciudadanos imprescindibles para la convivencia y el trabajo productivo, tras altas y bajas, recaídas y rcuperación por pérdidas de soberanía y tiranías, la nación ha avanzado a mayores dimensiones demográficas, patrimoniales y de realizaciones políticas en busca del sueño de redención asumido por los fundadores de la nacionalidad.
Los héroes trazaron así un ideal que obliga a las generaciones presentes a la renovación de esfuerzos para obtener los máximos beneficios de la condición soberana conquistada y con ello propiciar bienestar para los hijos de esta tierra suprimiendo la pobreza con un amplio desarrollo material y humano. En nombre de esas metas de prosperidad los dominicanos deben superar diferencias partidarias, ideológicas o de cualquier otra índole para que todas las formas de aspirar a un mejor país estén incluidas en el gran mosaico de realizaciones útiles para lograrlo.

Cuando el dolor también crece

Las actividades productivas han ido en constante aumento; cifras positivas dignas de celebración que contrastan con el lamentable crecimiento que también han experimentado los accidentes laborales, como si una cosa tuviera necesariamente que traer la otra. Las estadísticas indican que el año pasado en el país ocurrieron al menos 121 hechos lamentables por día en centros de trabajo y 236 muertes en el 2017. Y si de incendios desastrosos en empresas se ha de hablar, en los últimos meses se han registrado con alarmante frecuencia.

No se necesitarían más signos que esos para entender que abundan los incumplimientos de normas de protección a personas e instalaciones contra fallas y defectos sin corregir que repercuten en graves daños materiales y hasta están costando vidas. Las leyes obligan a prevenir tales sucesos.

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