Un nacionalista vertical

Un nacionalista vertical

JOSÉ ALFREDO RIZEK BILLINI
Sería una cálida mañana de mayo del año 1963, en que una cantidad de jóvenes procedentes de los colegios católicos protestaban frente al Congreso Nacional por la propuesta constitucional del profesor Juan Bosch, de restituir la enseñanza laica en las escuelas del país. Los jóvenes traídos a la exmplanada del Congreso en cómodos autobuses y con brindis de refrigerios exquisitos, lanzaban improperios contra los congresistas que debatían la histórica constitución de 1963.

Me encontraba en esos momentos en el recinto legislativo, buscando unos datos para un trabajo de La Normal, y en medio del revuelo me trasladé a uno de los balcones en donde la panorámica no podía ser más deprimente, jóvenes de la alta clase media que nunca habíamos visto en las luchas callejeras de octubre de 1961, lucían con una inusual efervescencia.

A ese balcón llegó don Juan Casasnova, presidente del Senado, doña Lucy de Silfa, varios senadores y un joven de pequeña estatura, pero con un análisis muy correcto de la situación que se presentaba. Entramos de una manera accidental a conversar y cuando don Juan Casasnova pronunció mi nombre y apellido, el joven de pequeña estatura me dijo, señalando con el dedo, “¿Qué tú eres de Elías Rizek?”, yo le respondí, es mi tío, hermano de mi papá que vive en Venezuela.

Una sonrisa cubrió el rostro del interlocutor y expresó: “yo soy un gran amigo de Elías, formamos parte de la Unión Patriótica Dominicana” (la gestora organización de las expediciones de 1959). Le conocí en una reunión donde Luis Aquiles Mejía. Fue en ese momento cuyo día hoy no puedo precisar, en que se inició mi amistad de más de 42 años con Miguel Angel Velázquez Mainardi, una de las plumas periodísticas consagradas al amor y la defensa de su patria.

Durante esa larga amistad, recuerdo su voz, aún muy joven, por la “Radio Rumbos”, de Caracas, en las emisiones radiales del exilio antitrujillista, su salida del país luego del golpe del 25 de septiembre y su retorno en los meses posteriores a la guerra patria de abril.

Volviste al trabajo publicitario y periodístico combatiendo los años del terror balaguerista, que tronchó la vida de cientos de jóvenes amantes de la libertad en los funestos 12 años. Fuiste de los gestores de la Vanguardia Electoral, la cual idealizaste como una gran legión de “jóvenes que recauzarían en el país por senderos de patriotismo”, terminaste aceptando las proféticas palabras del profesor Juan Bosch cuando dijo “si este país es gobernado por Salvador Jorge Blanco, llorarán lágrimas de sangre”, como sucedió.

El entreguismo de ese gobernante al F.M.I., la corrupción en las compras y negocios en las Fuerzas Armadas, la apertura de pistas para el fomento del narcotráfico, los incentivos palaciegos y migratorios para que nuestras jóvenes se corrompieran en centros de latrocinios en el exterior.

Toda esa lacra social, que valientemente enfrentada con tus escritos inquisidores, tu palabra firme y valiente y tu actitud congresional que honró tu curul de diputado.

Pero la intolerancia y el abuso de poder no se hizo esperar. Desde la casa de gobierno se orquestó un plan macabro, que iba desde el envenenamiento de un inocente perro hasta el hostigamiento para agredir directamente a tu familia. Tus amigos nos sentimos en el deber de proteger tu integridad física y así cuando el teléfono sonaba en la noche o la madrugada estábamos presentes en tu casa ¡Y decir que el trujillismo había terminado!.

Pero amigo “el único agradecimiento que reciben los que luchan por el bienestar del pueblo dominicano es la satisfacción del deber cumplido”.

Agradables momentos de largas y prolongadas tertulias (peñas) compartimos por más de 30 años. Los sábados y domingos en la oficina de nuestro Cuchito Alvarez y en las tardes del domingo en la casa del doctor Rafael Kasse Acta (q.e.p.d.), un patriota como pocos terminan la vida terrenal.

Sería muy extenso citar todos los momentos compartidos en esta vida, pero el recuerdo de tu grandeza humana quedará imborrable en la conciencia nacional, cuando nuestra prensa, cuarto poder del Estado, queda más huérfana cada día más de contenido patriótico y nacionalista.

Como expresó tu valioso hijo Vladimir en el cementerio; “Juan Pablo Duarte fue la inspiración de las ideas y principios morales de mi padre”.

Descansa en paz amigo entrañable, “que la muerte no es más que la transición suave de la mortalidad a la inmortalidad”.

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