La noche del pasado martes, en los salones de la augusta Academia de Ciencias, tuvo lugar un evento muy solemne, en el que mi padre el Dr. José Silié Gatón, fue reconocido post morten por la Universidad Interamericana como “doctor Honoris Causa”. En sus palabras de bienvenida su Rector, el Dr. Gabriel Read, al motivar este reconocimiento y dar inicio formal a la “Cátedra Permanente de Ética Dr. José Silié Gatón, señaló: “Que la universidad Única, persigue con esta cátedra mantener vivo el pensamiento ético y deontológico del padre de la Ética en nuestro país”. La Lic. Irene Pérez Guerra, académica por igual, leyó las semblanzas de Don José, de una manera tan ardorosa y dulce que nos enterneció. Al talentoso Dr. Luis Scheker Ortiz, le correspondió inaugurar la Cátedra, trató el tema: “Moral política y corrupción”, con la profundidad de un consagrado, como gran intelectual que es, en su ser el dolor humano se agudiza, por su capacidad de penetrar el velo tras el cual se esconden –piamente en ocasiones, deliberadamente en otras-, las injusticias sociales. Revisó los aspectos éticos y morales, demostrando que por sus ausencias derivan en su mayoría esas desigualdades sociales.
Esa noche, muy gentilmente la doctora Margarita Cedeño de Fernández, la Vicepresidenta de la República, le expresaba al Lic. Milcíades Mejía, presidente de la Academia lo siguiente: “Debo felicitar el hecho de que hayan elegido esta importante efeméride para conmemorar la memoria de nuestro destacado escritor y jurista, el doctor José Silié Gatón; quien fuera llamado a la presencia del Señor en este 2014 y que en vida fuera un digno representante de los valores éticos y morales incólumes, los que además supo esparcir con cada una de sus acciones y con su vida ejemplar. A la familia Silié me unen fuertes lazos de amistad sincera y abnegada desde hace muchos años, y les aseguro que este reconocimiento póstumo que hacen a nuestro muy querido y siempre recordado Don José, es motivo de gran orgullo, no solo para su familia inmediata, sino también para todos los que pudimos abrevar de su sabiduría y sin igual cortesía; así como de sus excelsas obras. La creación de una Cátedra de Ética dedicada al Dr. José Silié Gatón es un gran aporte a su legado y a nuestra sociedad, porque su trayectoria de rectitud, transparencia y honestidad es ejemplo para las generaciones actuales…”. Todo aquello dicho ante un público muy selecto de distinguidas personalidades y buenos amigos, que abarrotaron como nunca la Academia, mentalmente sentí como si mi padre estuviera recibiendo en vida un premio Nobel por su legado moral, a todos ellos gracias del alma de parte de toda la familia. El agradecimiento, es la memoria del corazón.
En esa sobria y solemne noche, meditando sobre el Premio Nobel pensé en una propuesta nacional, iniciada por el presidente de la Academia de la Lengua, el caballeroso don Bruno Rosario Candelier, yo quiero adherirme a esa parte de la “intelligentsia” criolla que aspira a que nuestro célebre intelectual, Don Marcio Veloz Magiolo sea nominado para el prestigioso galardón sueco, como lo es el Nobel, para que así la Literatura Dominicana alcance ya ribetes de universalidad.
Don Marcio es un intelectual “integral”, sus incursiones en: poesía, teatro, novela, cuento breve, arqueología, periodismo, magisterio, la diplomacia, lo convierten en una figura brillante, polifacética y combativa. El honroso homenaje a mi padre y lo propuesto para don Marcio, son una verdadera muestra de gran nobleza. Cito complacido, al amigo Néstor Medrano (Listín Diario, 17 de noviembre) “Es por ello que, la iniciativa de proponer a Marcio Veloz Maggiolo, debe ser considerada con seriedad. Y debe hacerse, no solo al Premio Nobel de Literatura, sino, al mismo tiempo al Cervantes, que es el más prestigioso de la lengua española. Don Marcio constituye uno de los forjadores de la novelística de mayor relevancia en el país de las últimas décadas y quienes lo han leído, conocen de los valores universales que posee”.
Creo que ha llegado el “momentum” de Don Marcio, quien con su prolífica obra intelectual, nos ha enseñado lo productivo que resulta la mezcla de la inteligencia y la emoción. Aspiro, a que los familiares de don Marcio, puedan sentir en esa ceremonia del Nobel, en las honduras de sus corazones, lo que los Silié sentimos esa noche, una colosal honra, por el credo a una vida ejemplar, dedicada a la ética y la moral.