Un nuevo año

<p>Un nuevo año</p>

LEO BEATO
Año Nuevo, vida nueva. Cada año que empieza es un nuevo comienzo, un nuevo despertar, una nueva oportunidad. Somos los protagonistas de un drama interminable. Soñamos que

estamos vivos hasta que despertamos de repente como individuos, como pueblos, como planeta. Decía Karl Gustav Jung: “El que mira hacia afuera sueña, el que mira hacia dentro DESPIERTA”. Y el gran Galileo: “La verdad es muy sencilla una vez la descubres dentro de ti mismo. Lo importante es descubrirla”. No se trata de lo que obtenemos en la vida sino de cómo la vivimos. Lo que importa es el camino no el destino. Cómo te comportas con los otros en el camino. Vamos y venimos como las olas del mar. De hecho, este es el reflejo de nosotros mismos. Separados somos olas, unidos somos mar. Todo se repite a si mismo siguiendo el mismo patrón universal. Las estaciones del año, la tierra dando vueltas sobre si misma, el sol danzando alrededor del Sol Central, nuestra Vía Láctea danzando alrededor de si misma, siempre terminando para volver a empezar en una resurrección constante y continuada de crecimiento ascendiente hacia el umbral de lo que llamamos nuestra “realidad”. Se acerca un cambio de aula dimensional para el cual no todos estamos preparados. De ahí la urgencia de que nos graduemos cuanto antes aprendiendo a amar. “Amaos los unos a los otros como os he amado yo” (Juan 13: 34). Esa es la clave.

Todo lo que te ha pasado en la vida ha sido por una razón. En realidad los años no pasan, los que pasamos somos nosotros. Cada año es una parada en ruta, una nueva oportunidad. “Aquieta tu mente y convéncete de que Soy Yo el que habita dentro de ti” (salmo 46:10). Yo no cambio jamás, el que sueña que cambia eres tu porque aún no has caído en la cuenta que Soy Yo el que se manifiesta a través de ti. El gran Calderón escribió en una ocasión: “La vida es un sueño y los sueños sueños son”.

Mientras tanto todo cambia, todo se renueva, todo se transforma como el viento de ayer que ya pasó. Nuestra vida ha sido una magia constante. Hemos coincidido en un punto del tiempo y del espacio y bendigo el momento en que mi presencia coincidió con la tuya porque en ti he dejado un poquito de mi y en mi has dejado un poquito de ti. Todo, absolutamente todo, esta planificado a pesar de las apariencias. El perdonarnos nos ha hecho semejantes a Dios como la rosa matutina que perfuma la alborada sin pensar que al anochecer estará marchita. Los que nos han precedido en el camino viven hoy dentro de nosotros como si fuéramos ellos y ellos fueran ahora nosotros. Su recuerdo hace posible que continuemos adelante sin quejarnos del camino pues lo único que en realidad permanece es el amor.

Este es el momento de hacer una parada en ruta y examinar nuestra jornada. Tu cuerpo ya no es el mismo ni tampoco son las células que hoy se transforman dentro de ti. Primavera, verano, otoño, invierno. Todo terminando para volver a empezar aunque nos parezca que todo sigue igual. La vida consiste en un eterno renovarse. Año Nuevo vida nueva. Como individuo, como pueblo, como país, como Planeta.

Te deseamos que esta vez DESPIERTES.

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