Todos los aficionados al tenis del mundo recuerdan el día en que, hace dos años, Roger Federer anunció su inminente retirada del deporte en el que tan espléndidamente brillaba tras dos décadas en activo, 1.500 partidos y 20 títulos de Grand Slam. La genialidad del documental Federer: Los últimos doce días, que se estrena esta noche en el Festival de Cine de Tribeca, es que se centra casi exclusivamente en el periodo comprendido entre dicha revelación y su último partido, en la Copa Laver de Londres, apenas dos semanas después.
Tal como sucede con tantos documentales contemporáneos, la fuerza de la película se resume en una palabra: intimidad. Los últimos doce días comenzó como un proyecto de vídeo doméstico: nadie se planteaba proyectarlo en público.
Por lo tanto, los cineastas Asif Kapadia (director, entre otros títulos, de los aclamados documentales Amy, sobre Amy Winehouse, y Senna, sobre la leyenda de la Fórmula 1 Ayrton Senna) y Joe Sabia ( creador y voz en off de la serie de vídeos 73 Questions de Vogue ) tienen un acceso aparentemente ilimitado al mundo de Federer.
Lo vemos en momentos íntimos, reflexionando tranquilamente y con emotividad, entramos en su casa y en las suites de los hoteles con él, sus padres, su mujer y sus tres hijos, y ojeamos entre bastidores en los vestuarios del O2 Arena mientras da las gracias a sus amigos y a otras leyendas del tenis. Y se nos escapan las lágrimas.