LOS ÁNGELES.- AP
Un nuevo incendio forestal en las montañas al norte de Los Ángeles llevó a las autoridades a emitir órdenes de evacuación el miércoles para las comunidades remotas que están cerca del fuego, mientras el sur de California enfrenta una ronda más de peligrosos vientos antes de las lluvias pronosticadas para el fin de semana.
El incendio Hughes estalló por la mañana y rápidamente quemó 9 kilómetros cuadrados (3,5 millas cuadradas) de árboles y matorrales, generando una enorme columna de humo oscuro cerca del área del Lago Castaic, a unos 64 kilómetros (40 millas) al norte de los devastadores incendios Eaton y Palisades que siguen activos después de tres semanas.
Las rampas de salida a lo largo de la autopista interestatal 5, una de las principales vías que va de norte a sur, fueron cerradas debido a que las llamas arrasaban con las colinas y se adentraban en los escarpados cañones. Los equipos en tierra y en los aviones cisterna atacaron las llamas impulsadas por los vientos.
Mientras tanto en el sur del estado, los funcionarios de Los Ángeles se preparaban para posibles lluvias incluso mientras que a algunos residentes se les autorizó volver a las áreas carbonizadas de Pacific Palisades y Altadena. Se pronosticaba que el clima ventoso continuara hasta el jueves. “Vamos a ver otra ronda de condiciones críticas de incendio en todo el sur de California”, dijo en la mañana Todd Hall, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional. “A estas alturas suena como un disco rayado”.
Por su parte, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, emitió una orden ejecutiva para acelerar los esfuerzos de limpieza en las áreas quemadas y mitigar el impacto ambiental de los contaminantes relacionados con el fuego.