Es increíble ver cómo una simple botella, que con frecuencia es desechada luego de disfrutar lo que posee en su interior, se pueda convertir en un lienzo, donde diversos artistas plasman su arte.
La botella es un instrumento de uso cotidiano debido a la necesidad que supone ingerir líquidos, cuyo destino final será la basura; es por ello que algunos artistas dominicanos han decidido darle un uso más ecológico y llamativo.
Historia. La gestora cultural, Mildred Canahuate cuenta que el proyecto de pintar botellas inició hace un promedio de diez años, a través del Museo del Dibujo Contemporáneo en conjunto con la fundación Arawak, cuya finalidad era buscar elementos inservibles para convertirlos en piezas de arte coleccionables.
Sostuvo que el proceso de recolección de las botellas fue realizado en conjunto con un cuerpo de voluntarios, los cuales asistieron a diversos restaurantes y bares en busca de la nueva materia prima: la botella.
Explicó que durante dos días consecutivos, diversos pintores dominicanos se dieron cita en las instalaciones de la fundación Arawak, los cuales fueron invitados para expresar su arte en el nuevo material.
Canahuate sostuvo que además de los 50 pintores con los que contó el evento, el público tuvo la oportunidad de ver de cerca el proceso de utilizar una botella como lienzo.
Explicó que muchos artistas que participaron en la actividad aún se sienten motivados y acuden a ella para expresarle su agradecimiento por el proyecto que inició. Sostuvo que una botella no cuesta nada y lo que vale es la obra del artista que la pinta, facilitando este material las ventas de las obras, debido a que si un cliente aprecia una pintura de un artista, pero no cuenta con los recursos para comprar un cuadro, podría adquirir a un precio más módico una botella de estas, las cuales siguen siendo una obra de arte auténtica y con firma de autor.
Usos en la decoración. Si usted es amante del arte y le gusta colocar cuadros en su casa u oficina, esta tendencia puede ser una opción poco convencional para engalanar su estancia, sin dejar la autenticidad de una pintura.