Londres.– Un nuevo mapa del cerebro en alta resolución publicado hoy en la revista Nature descubre 100 regiones hasta ahora desconocidas del córtex, el área encargada del lenguaje, la percepción sensorial y el pensamiento abstracto, entre otras funciones.
Identificar con precisión la arquitectura del cerebro humano, sus conexiones y la función de cada una de sus estructuras es uno de los objetivos más esquivos para la neurociencia, limitada en ese campo por las dificultades técnicas.
La mayoría de los mapas existentes reflejan una característica neurológica específica y están basados en el estudio de un número reducido de individuos, algo que David Essen y su grupo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington (EEUU) han tratado de cambiar.
Como parte del amplio Proyecto Conectoma Humano, sufragado por el Gobierno estadounidense, los investigadores dirigidos por Essen han creado un mapa a partir de múltiples tipos de imágenes cerebrales de 210 adultos sanos.
Su trabajo divide cada hemisferio en 180 áreas corticales específicas, 97 de las cuales han descrito por primera vez. Hasta ahora, los mapas elaborados a partir de los datos de unas pocas personas no encajaban en otros individuos, debido a las diferencias entre cada cerebro en particular.
Los científicos han comprobado en esta ocasión con 210 pacientes distintos que sus proyecciones permiten identificar con precisión las distintas regiones a pesar de la variabilidad entre individuos.
Matthew Glasser, otro de los autores del estudio, subrayó que las 180 áreas detectadas hasta ahora probablemente serán más en el futuro. “No esperamos que sea el número final. En algunos casos, hemos identificado una zona del córtex que probablemente se puede subdividir, pero no podemos delimitar con seguridad esas fronteras con la información y las técnicas actuales”, señaló Glasser en un comunicado de su universidad.
Algunas de las áreas identificadas hasta ahora se ponen en funcionamiento cuando una persona desarrolla una actividad particular.
La región 55b, por ejemplo, se activa cuando alguien está escuchando una narración, mientras que otras contienen un mapa detallado del campo de visión o bien controlan algún tipo de movimiento corporal.
Gran parte de las regiones no ejercen una única función, sino que coordinan información procedente de diversas fuentes para regular comportamientos complejos. “Este avance, largamente esperado, nos permite tener un atlas de referencia que permitirá a los investigadores interesados en la estructura cerebral, sus funciones y su conectividad trabajar con un marco común”, señalan los científicos Thomas Yeo y Simon Eickoff en un artículo en Nature que acompaña al estudio.
Los investigadores subrayan que el trabajo permitirá al resto de la comunidad científica avanzar en la comprensión de desórdenes como el autismo, la esquizofrenia y la epilepsia.
Gracias al nuevo mapa detallado, los científicos serán capaces de comprender las diferencias entre los cerebros de pacientes con esas dolencias y las personas sanas.