Un nuevo reto: la mente organizada

Un nuevo reto: la mente organizada

A los comunicadores que trabajan por una patria grande

Parte II

En el artículo anterior planteamos cómo la sobrecarga de información, provocada por la ferocidad de la revolución digital, impacta negativamente nuestros procesos mentales. Sin lugar a dudas, los esfuerzos de nuestra mente se ven repartidos en un sinnúmero de actividades simultáneas. Este desplazamiento de atención tiene un costo metabólico. Por lo tanto, es preferible evitar, a toda costa, el multitasking y concentrarnos en una sola tarea a la vez.

Realizar múltiples faenas a la vez, como consecuencia, que no asimilemos, adecuadamente, informaciones importantes y abre paso a distintas distracciones. Existen dos tipos: las internas y las externas. Las mismas son consecuencia de lo que conocemos como “Sesgo de la novedad”. El humano desea experiencias nuevas, especialmente si las mismas incluyen una recompensa instantánea. Por esto, tendemos a dejar a un lado las tareas más arduas. Con el fin de gestionar mejor este tipo de tareas, debemos dividirlas en partes, asignarle un tiempo de realización a cada una y organizarlas en un orden temporal apropiado. Por ejemplo, al construir una casa, los constructores dividen el proyecto en etapas que siguen un orden lógico: preparar la tierra, crear cimientos, etc.

Por otro lado, debemos asegurarnos de que nuestra mente reciba el descanso adecuado. Dormir conduce al pensamiento cognitivo y juega un rol vital en la creación y protección de memorias. Existen tres clases de procesamiento de información que ocurren al dormir; el primero se conoce como unificación, y consiste en la combinación de elementos de una experiencia en un concepto unificado; el segundo, asimilación, ocurre cuando nuestra mente integra las nuevas informaciones en la estructura existente de cosas que ya sabemos, y el tercero, la abstracción es el proceso donde descubrimos reglas ocultas y las guardamos en nuestra memoria. El aprendizaje puede experimentar mejoras después de una noche de sueño, pero no después de un periodo equivalente de estar despierto. Por ejemplo, un matemático que ha sido enfrentado con un problema complejo tiene más probabilidades de resolverlo después de dormir que después de pasar horas en vela pensando en el nuevo. Definitivamente, el sueño maximiza nuestro rendimiento, memoria y productividad.

Más aún, nuestra creatividad experimenta mejoras sustanciales cuando descansamos. Al reposar, el hemisferio derecho es activado. Las neuronas del mismo recogen informaciones de manera más eficiente que las neuronas del hemisferio izquierdo. Asimismo, al encontramos totalmente inmersos en una tarea particular, podemos alcanzar un estado de “flujo” en el cual restamos importancia a todo estímulo que nos desvíe de nuestro propósito. Olvidamos la autocrítica y las sensaciones de miedo, incrementando nuestra producción creativa. Sin embargo, el estado de flujo solo ocurre cuando nuestra mente se enfrenta a un reto adecuado a nuestras habilidades y se encuentra en un modo especial en el cual los procesos y operaciones son llevados a cabo automáticamente sin necesidad de ejercer un control consciente. En otras palabras, cuando no estamos pensando, explícitamente, en la actividad que realizamos.

Finalmente, un paso clave para tener una mente organizada es ser capaces de tomar las mejores decisiones posibles. Con este propósito, debemos asignar un valor a nuestro tiempo para así saber qué tanto del mismo nos podemos permitir en cada decisión. Tenemos que aceptar que cada decisión tiene un elemento de incertidumbre y que la presencia de ésta no significa que dependemos exclusivamente de nuestros instintos. De hecho, hacer caso a nuestra intuición normalmente nos lleva a tomar decisiones pobres, especialmente en los casos en los que contamos con información estadística. No podemos ignorar las tasas básicas por informaciones diagnósticas al realizar juicios.

Definitivamente, nuestra mente es un arma poderosa. La clave del futuro del quehacer humano yace en que seamos capaces de ignorar aquello que tiene poca importancia y concentrarnos en las metas realmente trascendentales. En la tercera entrega presentaremos las nuevas proyecciones de Goldman Sachs sobre los inmensos cambios tecnológicos de la actualidad. Investigador asociado: Iván Kim Taveras.

 

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