LIMA— Un oro de México sorprendió a todos. El otro reivindicó a un clavadista que apenas horas antes era señalado como el villano favorito en las redes sociales.
Los triunfos de la delegación mexicana en la gimnasia rítmica y en los clavados sincronizados iluminaron su jornada y le permitieron seguir en el segundo sitio del medallero, muy por debajo de Estados Unidos y dos oros encima de Canadá, a poco más de una semana de que concluyan los Juegos Panamericanos.
Con el botín de 19 preseas doradas, México se acerca a las 23 que logró en Mar de Plata. En aquel 1995, firmó la mejor actuación en una justa continental disputada fuera de casa.
Y todo esto ocurre en medio de unos Juegos a los que la delegación mexicana llegó rodeada de dudas, tras un recorte en los recursos destinados a los deportistas y críticas al proceso de selección de algunos competidores.
De ellos, el más cuestionado fue quizá Yahel Castillo. Para colmo, quedó eliminado por la mañana de la final individual de tres metros que se disputará este domingo. Incluso un diputado recurrió a las redes sociales para lanzar nuevos dardos a los dirigentes del deporte mexicano.
Por la noche, Castillo se redimió junto con Juan Celaya. Se apoderaron de la medalla de oro en la prueba de sincronizados de tres metros, para darle a México su tercera medalla en igual número de jornadas en los clavados de los Juegos Panamericanos, además del pase olímpico para el país en Tokio 2020.