Se celebraron en el 2018 varios “pequeños” concursos de arte: todos fueron exitosos. Proponían un tema, señalaban formato y número de las obras, se limitaban a la pintura, entregaban premios y menciones, se dirigían a los jóvenes artistas (aunque no siempre)…

A pesar de todas estas condiciones, las cuales en principio contrarían la libertad creativa, los resultados, de cantidad a calidad, demostraron mucho interés si no entusiasmo.

Aunque modestos, significaban oportunidades, en particular para artistas emergentes o ajenos al mercado.
En este año todavía novísimo, seguirán esos certámenes, públicos y sencillos, accesibles y estimulantes, con preocupaciones morales, sociales y culturales.

El último en celebrarse fue el Concurso del Oso Buddy o “Buddybär”, organizado, convocado y patrocinado por la Embajada de Alemania en la República Dominicana. A la primera lectura, su originalidad causaba sorpresa y sonrisa. Otra vez se trataba de pintura; sin embargo, empezando por el historial del concurso, el proceso, la escala, el soporte eran realmente distintos. ¡El interés de nuestros artistas (cor)respondió a la propuesta más allá de lo que se había previsto!

Un oso dominicano. Los candidatos presentaban de dos a cuatro bocetos, de un mismo formato –8.5 x 11 pulgadas– y forma –prediseñada digitalmente–; selección y premiación se hacían en una sesión. La identidad patrimonial, popular, cultural, artística, determinaba los elementos representados, los cuales se volvían referencia a la amistad entre Alemania y República Dominicana.

El ganador debía reproducir componentes y colores de su proyecto sobre un oso regordete de dos metros de alto, ¡todavía indemne de los avatares del cambio climático!
Una escultura blanquecina, tan simpática como impactante, hecha en fibra de vidrio y material sintético, cobra magia…

Nuevamente, un concurso se hizo atractivo para los artistas dominicanos. No se esperaba a tantos participantes. ¡Ochenta y ocho entregaron bocetos, a color y delineados, de su visión del amigable “Buddybär”!
El ganador es Bryan José Hutchinson Núñez, joven artista de 21 años egresado de la Escuela Nacional de Artes Visuales. Signos y símbolos, muy bien escogidos, evocan a los pueblos alemanes y dominicanos. Monumentos, naturaleza, riquezas culturales respectivas “ritman“ alegremente las cuatro caras del personaje.

El autor, muy motivado. hizo una buena investigación y la supo interpretar pictóricamente: creatividad, soltura, vitalidad y estilo corresponden a una obra tan impresionante como acogedora, que por unos días da la bienvenida a los espectadores, entrando a la Galería Nacional de Bellas Artes..

Luego, de Santo Domingo partirá hacia Berlín, y se integrará a “compañeros” internacionales, junto a más de 150 osos del mundo, proviniendo de países miembros de las Naciones Unidas.

¡Ojalá tengamos la dicha de recibir la visita de estos ‘Buddys’, una exposición que deleitaría a grandes y pequeños, siendo a la vez lección de arte, geografía y antropología!