Un pacto histórico para crear riqueza

Un pacto histórico para crear riqueza

El virus llegó para quedarse. Para pagar el elevado costo económico que genera, se necesita un pacto histórico entre Gobierno, empresarios, partidos políticos y sindicatos.


Cito como ejemplo que nuestro ingreso per cápita se redujo en US$1,052.60, en un 12.3%, al pasar de US$8,583.10 en 2019 a US$7,530.50 en 2020. Si la pérdida no fue mayor, se debió al notable dinamismo económico que se produjo desde agosto, con la apertura a medias de los negocios, la efectividad de la política monetaria ultra expansiva y reducción en 150 puntos básicos de la tasa de interés de referencia del Banco Central, cumpliendo estrictamente con la otra parte de la ecuación, que los precios se mantuvieran bajo control.


Medidas de estímulos monetarios que se mantienen vigentes en la hoja de ruta de la Entidad Emisora, por lo menos hasta que los números del PIB pasen de negativo a positivo, el proceso se inicia en el segundo trimestre de 2021, con aceleración y sostenibilidad.
El pronóstico es que la crisis económica del año pasado técnicamente llegará a su final en el primer trimestre del 2022, en ese momento se alcanzará el nivel del PIB previo (2019) a la crisis, por el lado de la producción, gracias al empuje de la construcción, comercio, agricultura y manufactura.


Cuando eso suceda, para reforzar y sostener el crecimiento en torno al potencial, será necesario aumentar el gasto de infraestructura. Construir y mejorar carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, banda ancha, telefonía móvil, servicios de electricidad y agua potable, para crear puestos de trabajo y multiplicar la productividad de la economía.
Se debe firmar el pacto histórico para garantizar el flujo de inversión, tenemos que aspirar a un crecimiento medio anual sostenido entre 5.5% y 6%, para en 15 años lograr un PIB per cápita superior a US$15,000, con una clase media de más del 70% y la pobreza por debajo del 10% de la población total. Aunque no sería un nivel de países desarrollados (tienen un ingreso per cápita de US$30 mil), estaríamos a medio camino.

Para financiar el gasto de inversión, en unos cuantos años el ingreso fiscal debe pasar de 15% a más de 20% del PIB. Se logra ampliando la base tributaria, y reduciendo la evasión y la elusión. Cobrando a todos los que deben pagar, se termina cobrando menos a los que pagan, pudiéndose ajustar a la baja la tasa del ITBIS.


¿Cómo aumentar la clase media? Ampliando la cantidad de empresas y trabajos formales. Formalizando mercados se reduce la informalidad que supera el 50% de la actividad nacional. Mejorando el sistema de pensiones, salud y seguridad social, y capacitando a la juventud para insertarla en la Cuarta Revolución Industrial (inteligencia artificial, robótica, Internet de las cosas, impresión 3D y biotecnología).


No hay tiempo para perder, el pacto debe firmarse este año, la economía mundial ya lleva muchos meses de caída del crecimiento y las previsiones del Banco Mundial y el FMI apuntan a un año complicado con múltiples frentes abiertos. Aunque reconocen que no pueden dar por sentado un cambio de tendencia en lo económico, condicionado al éxito de la vacuna sitúan el crecimiento global de este año entre 4.0% y 5.5%, y entre 3.7% y 4.1 por ciento para América Latina y el Caribe.

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