Para la Cepal uno de cada cinco dominicanos terminó en la indigencia en 2012, el peor índice de la región. Reducirla, conjuntamente con la pobreza general, requiere de muchos recursos que no están disponibles por el compromiso del presupuesto con el servicio del stock de deuda, los ingresos corrientes aumentaron 8% y los intereses 18%, periodo 2007-2014.
Para pagar los intereses tenemos que endeudarnos además de refinanciar deuda por un monto cada vez mayor. Para el 2015 se programa RD$37,000 millones, porque Hacienda está autorizada a emitir valores por RD$110,888.8 millones y el déficit fiscal es RD$73,882.6 millones. Es decir, es complejo el manejo del presupuesto aún con los intereses internacionales por el suelo como están ahora, la situación podría empeorar si aumentan, de hecho la Reserva Federal de los Estados Unidos lo programa para el tercer trimestre del año.
Es necesario insistir en la necesidad de reducir y estabilizar la deuda pública como porcentaje del PIB, lo que debe ser un compromiso de los partidos políticos sellado mediante un pacto como lo ha venido reiterando Guarocuya Félix, Director de Impuestos Internos. Un pacto de políticas públicas consensuadas, para que el presupuesto del Estado cierre con superávits primarios (ingresos menos gastos sin intereses) y fiscal.
Un tema específico a incluir podría ser la reestructuración de deuda, lo facilita la coyuntura internacional, el bono dominicano a 10 años genera una rentabilidad relativamente baja, el pasado viernes, por ejemplo, los inversionistas se conformaban con 5.15%, la suma del rendimiento del bono del Tesoro de los Estados Unidos de 1.639% y la diferencia de rendimiento de 351 puntos (margen EMB) entre ambos bonos. El costo relativamente bajo de la nueva deuda podría aligerar el peso del servicio de la deuda en el presupuesto, reestructurándola, entendido el concepto como reducción de tasa de interés, ampliación de plazos y/o reducción del monto.
De hecho la política de reestructuración de deuda se inició cuando se comprá la de Petrocaribe por US$4,027.3 millones, pagamos 48% de su valor (US$1,933.2 millones) y obtuvimos un descuento de 52% (US$2,094.1 millones). Como el Gobierno no disponía de liquidez para pagar a Venezuela, usó parte de los US$2,500 millones de bonos soberanos que vendió recientemente. Algunos dirían que perdimos, que se cambió la deuda Petrocaribe con un interés anual de 1%, 23 años para pagar y 2 de gracia, por una deuda soberana a 22 años, con un interés promedio de 6.3%.
Es cierto, ahora pagamos un interés mayor y se redujo el plazo nominal, pero el beneficio es la reducción de la deuda, la de Petrocaribe por US$4,027.3 millones se cambió por la soberana de US$1,933.2 millones. Cuando se calcula y se compara el valor presente de lo que teníamos que pagar por ambas deudas, a favor del país hay un ahorro de US$550 millones, porque en el caso Petrocaribe era superior el servicio de la deuda (intereses y amortizaciones).
Parte de los recursos liberados con la reestructuración de deudas podrían destinarse a mejorar la situación de los cuatro millones de dominicanos que viven en pobreza. Y sería solo el inicio, porque en el pacto deben consensuarse otras políticas para reducir el indicador deuda/PIB.