Un pacto trascendental

Un pacto trascendental

La República Dominicana y Haití avanzaron este lunes hacia una definición más precisa y objetiva de las reglas de intercambio y cooperación entre ambos países. En este segundo encuentro, en Jimaní, se acordó un protocolo zoosanitario que permitirá la reanudación de las exportaciones de pollos y huevos dominicanos hacia Haití, y se lograron acuerdos en materia aduanal, agrícola, ambiental, seguridad y lucha contra el narcotráfico.

Ambos países dieron un perfil más definido al interés mutuo de promover proyectos empresariales binacionales, con participación pública y privada, mediante la formación del Consejo Económico Binacional Quisqueya, que contempla la creación de un fondo común para la financiación de proyectos y que elaborará las reglas que regirán el intercambio de inversión y la realización de negocios comunes.

El aspecto migratorio también dio pasos adelante, con el compromiso de Haití de agilizar la documentación de sus súbditos en República Dominicana, y la reafirmación dominicana del propósito de llevar a cabo un proceso de regularización transparente y respetuoso de los derechos de los inmigrantes. Las voluntades de estos dos estados debe continuar empujando en una misma dirección, para que una clara definición de reglas permita impulsar el progreso armonioso de los dos pueblos.

NO PERDAMOS A BÁVARO

A pesar de que en Puerto Plata ya vivimos la experiencia dramática de ver cómo la arrabalización arruina un proyecto turístico, estamos permitiendo que algo similar ocurra en Bávaro-Punta Cana. Este polo turístico mundialmente conocido por su belleza y buenos servicios, está sitiado por un proceso de arrabalización del entorno que ya causa alarma entre hoteleros, asociaciones de actividades acuáticas y los sindicatos que agrupan a los trabajadores de esos establecimientos.

El crecimiento de la arrabalización planta un severo contraste ambiental para el turista, y más aún para el inversionista establecido y para el potencial. El Estado no puede quedarse de brazos cruzados ante esta realidad, y menos cuando la aspiración es incrementar la inversión extranjera en turismo y atraer diez millones de visitantes. No permitamos que la arrabalización nos quite a Bávaro-Punta Cana.

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