Un país anclado en el abandono

Un país anclado en el abandono

Haití nos plantea un dilema: ¿Es el tiempo el que tiene  la virtud de borrar las huellas de la tragedia, o es la  oportunidad conque se haga lo necesario para borrarlas? Dos años después de que un terremoto sumiera a ese país en la peor catástrofe humana y material de su historia, el pueblo haitiano sigue anclado entre escombros y  vivencias de los primeros días de aquella sacudida. Hacinamiento e insalubridad trazan la pauta de vida, como el primer día.

La promesa de cooperación externa  sigue en el tintero, a pesar de que ya Haití dio el paso institucional de organizar Gobierno.  A dos años del terremoto, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, se ve precisado a llamar a la comunidad internacional a  coordinar mejor la ayuda humanitaria  y trabajar con las autoridades locales. De seguro lo  inspira el notable rezago de la reconstrucción prometida y presupuestada por naciones “amigas”.

En dos años la cooperación internacional ha hecho muy poco por borrar las huellas de la tragedia humana y material, una tarea que el tiempo como tal no ha logrado realizar. El paso de dos años no ha desgastado el hacinamiento y la insalubridad del primer día después del terremoto. Cientos de miles de personas continúan en los mismos campamentos improvisados. Dos años después, Haití continúa anclado en el abandono.

Prolongación del asueto

Las clases comenzaron el martes, cuando llegó a su término el asueto de las festividades navideñas. O debieron comenzar ese día, porque ha sido tan pobre la asistencia, que dudamos que pueda haber un aprovechamiento real del tiempo de presencia de profesores y estudiantes en las aulas.

Es un ausentismo lamentable, tomando en cuenta que este  país necesita recuperar parte del tiempo desperdiciado en las escuelas.

 Cuando no son las actividades gremiales de los profesores, son los estudiantes los que trazan la pauta del ausentismo para prolongar aún más un período de  asueto como el de Navidad.

Somos un país con déficit de recursos humanos bien formados. Este déficit comienza a alimentarse desde los primeros niveles de la enseñanza, por causa como estas ausencias deliberadas.

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