Si el conocimiento es el precursor del  progreso, entonces la República Dominicana está anclada en el atraso. No menos se puede decir después de conocer las conclusiones del estudio “Deserción, Repitencia y Eficiencia de la Titulación en la Educación Superior”, puesto a circular  por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Según este diagnóstico, la mitad de los estudiantes que ingresan a la universidad abandonan la carrera y el 90 por ciento de los que la continúan la terminan con atraso.

La gravedad de estos resultados es terriblemente dramática. Preocupa que deserte la mitad de los que ingresan a las universidades, pero hay que preguntarse qué proporción representa ese universo de los que concluyen la educación secundaria. Se sabe que es muy alta la proporción de estudiantes que abandona la secundaria sin terminarla y lo mismo pasa con los niveles más bajos de la enseñanza. Eso significa que del universo estudiantil, una ínfima proporción adquiere título profesional.

Con semejante cuadro, no es exageración afirmar que el país está anclado en el atraso, pues no está preparando el número suficiente de profesionales y técnicos para diseñar  y poner en marcha planes de desarrollo. Hay un diagnóstico terrible a la mano. ¿Qué hacer para levar anclas?

Más apoyo para el  Oncológico

El  Instituto de Oncología Doctor Heriberto Pieter necesita que el apoyo financiero gubernamental sea tan contundente que  permitan hacer más accesibles para la población los servicios especializados que brinda. Esto se deduce del hecho de que mientras los gastos operacionales de ese instituto sobrepasan los RD$60.0 millones mensuales,  la subvención oficial apenas  asciende a RD$16.0 millones anuales, es decir, poco más de un millón por mes.

Los estudios y tratamientos oncológicos son muy costosos y es difícil que estén al alcance de los niveles sociales medios y bajos de la población. Si el oncológico tiene tan altos gastos y recibe tan poco apoyo financiero del Gobierno, de alguna manera tiene que buscar medios para cubrir sus obligaciones. Esto aleja sus servicios de las clases más necesitadas. Es necesario que el Gobierno evalúe la situación y modifique el tipo de respaldo que otorga al instituto para ponerlo más al alcance de todos.