Un país boyante con una sólida economía

Un país boyante con una sólida economía

Inocente mariposa! Hoy es un día muy peculiar en el calendario cuando celebramos el día de los Santos Inocentes, y como tal, he titulado este artículo con una aspiración optimista de que quisiéramos hubiese sido nuestro país en el año en sus días finales, y en donde las angustias, la inseguridad y la voracidad fiscal, perturbaron el comportamiento social.

La comunidad nacional se mantuvo inquieta durante todo el año, bajo los efectos de una voracidad fiscal, gracias a una reforma que al tiempo que hacía crecer los ingresos oficiales, se acentuaba un endeudamiento galopante y el déficit por una administración que mas pensaba en las ventajas políticas con sus compromisos añadidos, y el ciudadano común veía cómo sus ingresos no le alcanzaban para cubrir sus necesidades básicas, sin poder disfrutar de su cerveza favorita.

Pese a que se ha proclamado que la inflación fue mínima, esa no es la opinión de las amas de casa en sus compras cotidianas, cuando en el supermercado, o el colmado o a la pulpería de barrio se encuentra de cómo los precios van escalando nuevos niveles por alzas continuas e imparables, reduciendo el poder de compra de exiguos salarios, que las estadísticas oficiales no lo catalogan y ridiculizan a quienes alegan que la inflación fue mayor de lo que está sentenciado por los organismos oficiales.

Sin embargo, hubo acontecimientos económicos importantes como el otorgamiento del 4% a Educación y el acuerdo logrado con la Barrick Gold, que le ha permitido al Gobierno elaborar un presupuesto de RD$615 mil millones para el 2014 y asegurar el financiamiento para sus añoradas plantas de carbón, cuyos daños, aun cuando no están cuantificados por la carencia de una eficaz tecnología de punta, pudiera perjudicar a la región banileja.

Por el monto de las recaudaciones alcanzadas habla de un dinamismo económico con el crecimiento del 3% y establece que los intentos de dinamizar la economía, por parte del Gobierno con su ambicioso plan de financiamiento dominical a las pequeñas empresas y la construcción de aulas, no alcanzó los límites programados, debido a una amañada y anquilosada burocracia que ha obligado alterar cada mes los vaticinios acerca de la terminación de las primeras 10 mil aulas. Los bonos de solidaridad estuvieron ayudando en abundancia a millares de familias dominicanas, que en sus necesidades encontraban en esa limosna un paliativo a sus imperiosas necesidades.

Durante el año fuimos objeto de una bien calculada campaña mediática de engrandecer la obra del Gobierno, que abarcó a todos los medios de comunicación, recibiendo su cuota oficial de promoción y les aseguró su permanencia en la radio, televisión, redes sociales y hasta en los medios escritos, que se concibió con una estrategia distinta a la que se utilizaba en la anterior administración peledeísta, pero los fines eran los mismos para asegurarse las lealtades informativas.

La violencia urbana nos atemorizó, obligando a la ciudadanía recluirse en sus hogares desde tempranas horas de la noche por la presencia de una delincuencia rampante llevando la inseguridad que campea por sus fueros, pese a las campañas de seguridad ciudadana con toda y la profusa presencia de policías y militares en las calles, obligando a la gente a resguardarse de esas patrullas por conocerse sus lúgubres historias de cómo agreden a los ciudadanos.

El año finaliza con un puntaje positivo para el Gobierno en su eficaz programa de financiamiento dominical de la pequeña empresa y la alfabetización de adultos, que según las evidencias, ha sido de gran aceptación por ese sector de la población alejada del saber y ahora se le presentan oportunidades para ser más útiles a sus entornos sociales.

Inicié el artículo con un inocente mariposa y concluyo con el ánimo positivo de aspirar a que nos encauzaremos por un país con una sociedad más justa y no tan manchada por una corrupción que nos abruma, para que en 2014 una buena porción de ella pueda ser combatida, desapareciendo la creencia de que somos un país poco confiable, que hasta los haitianos pretenden humillarnos y trazarnos pautas, contando con el apoyo de sus potencias amigas internacionales.

 

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