…Cualquier cosa puede pasar en un momento. El historiador, economista, escritor, periodista, funcionario público, entre otros atributos, don Bernardo Vega advertía al finalizar un artículo publicado en su columna semanal de este diario: “…pero también mantengamos cerca un buen inventario de gases lacrimógenos”.

Al igual que él, muchos pensamos que el panorama político dominicano no pinta bonito, ya que las elecciones venideras lucen un poco complejas y no se vislumbra con certeza el advenimiento de resultados y veredictos finales puedan ser aceptados por las partes involucradas en el certamen.

La Junta Central Electoral, encargada del montaje del evento, para muchas personas, no es confiable y la califican como adherida al gobierno de turno, basando su apreciación a los cuestionamientos de que fue objeto con los resultados ofrecidos luego de las primarias internas el PLD del pasado 6 de octubre del 2019.

Todos recordamos la renuncia y reconsideración de esta acción del miembro de la JCE, doctor Roberto Saladín, un vaivén que no le quedó nada elegante a ese hombre público que hasta ese momento gozó de gran respetabilidad, pero que tras este movimiento, muchos hemos dejado de tener La admiración que le teníamos.

La apreciación o recomendación de Bernardo Vega, sobre el avituallamiento de gases lacrimógenos, a nuestro juicio, tiene su origen en que el pueblo dominicano luce indignado ante tantas desfachateces de los personajes que nos han gobernados en los últimos 20 años, quienes muestran que para ellos na ‘e na, y puede hacer todo lo que le venga en gana, sin reparar en leyes vigentes.

Pero deben recordar  y tomarlo bien en cuenta, que todo es hasta un día… y aunque ese día se ve lejano, podría estar muy cerca. 15, mayo, 2020, Manoguayabo, Santo Domingo Oeste.