Un país muy vulnerable

Un país muy vulnerable

La República Dominicana es un país muy vulnerable, tanto en lo que se refiere a los servicios públicos como a su seguridad en todos los órdenes. Sea por falta de recursos, por desidia o por intereses políticos, cada día crecen los problemas que nos afectan, sin que se planifiquen soluciones. Nos hemos acostumbrados a criticar, sin plantear salidas viables, como parte de un ejercicio teórico que a nada conduce, pero al que tampoco ninguna autoridad responde.

Nuestras ciudades, es penoso decirlo, tienden a arrabalizarse, porque el clientelismo de los Ayuntamientos impide que haya mayores recursos disponibles para recoger la basura, bachear las calles o resolver problemas menores cuya solución es responsabilidad de las autoridades municipales.

Santo Domingo es un buen ejemplo. No solamente los barrios pobres están llenos de basura, sino también sectores residenciales. El agua escasea y ni siquiera por eso muchos ciudadanos dejan de desperdiciarla.

En el caso de la basura, en ocasiones se alega que los camiones recolectores no pueden entrar a las estrechas callejuelas barriales, excusa que no puede aplicarse a los sectores ricos y de clase media, donde hay calles y avenidas en buen estado.

Hoy día en el país hay una epidemia de cólera, y se  registran  otras enfermedades, gastrointestinales y de la piel, lo que se agrava por la enorme cantidad de basura que hay en las calles.

Las autoridades municipales dicen ahora que la única vía de acceso al vertedero de Duquesa está en tal mal estado que los camiones recolectores no pueden entrar a depositar la la basura. Eso data desde hace mucho tiempo. Los Ayuntamientos del Gran Santo  Domingo se comprometieron a arreglar la vía, pero nada se hizo.

Entonces resulta que lo que costaba poco dinero para ser resuelto, ahora cuesta 45 millones de pesos, según las autoridades, que con descaro nos dicen que no saquemos la basura a las calles hasta tanto se resuelva la situación.

Es decir, que los munícipes debemos mantener el foco de infección no ya en las calles, sino dentro de los propios hogares.

El Gobierno está empeñado en fomentar el turismo, una de las columnas fundamentales de nuestra economía. Eso está bien, pero choca con la realidad: los turistas encuentran obras muy bonitas, pero rodeadas de basura, una desagradable impresión en cualquier país del mundo.

Como una medida provisional para enfrentar el problema de la basura, sugerimos repetir lo que se hizo durante los Gobiernos de Antonio Guzmán y Joaquín Balaguer: utilizar los militares, quienes con ayuda del Gobierno pueden arreglar la vía de acceso a Duquesa.

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